John Stopford, CFA, cuenta con más de 20 años de experiencia en la industria de la inversión. Actualmente dirige la gestión de fondos multiactivos en la firma sudafricana Investec, y gestiona el fondo Global Multiasset Income, producto que cuenta con cinco estrellas Morningstar y arroja una rentabilidad del 7,1 por ciento anualizado en último lustro, según Morgningstar. La estrategia multiactivos obliga a tener una fotografía muy clara de los mercados globales y el experto la comparte con elEconomista.
Un año que se esperaba muy positivo en sus inicios para la bolsa no lo está siendo. ¿Ha hecho grandes cambios en su cartera?
Nuestro fondo global de multiactivos tiene el objetivo principal de conseguir rentabilidades positivas de forma defensiva. Intentamos que cada decisión que tomamos tenga en cuenta cómo protegerse de las caídas, sin dejar de intentar capturar el potencial alcista que pueda haber. Al inicio del año veíamos oportunidades, pero también peligros. Después de un mercado alcista de 9 años, todo el mundo parecía alcista. Había muchas señales de que el mercado estaba siendo demasiado complaciente.
¿Qué estrategia tomó?
Pensábamos ya entonces que estábamos cerca del final de ciclo, por lo que redujimos gradualmente nuestra exposición a activos cíclicos. Pero también reconocemos que los bonos gubernamentales no son ahora el activo más defensivo que se pueda tener. Los bancos centrales han distorsionado la situación con sus compras de deuda. El fondo inició el año con casi un 30 por ciento en bolsa, unos 50 valores, pero para cubrirnos vendimos casi un 20 por ciento en futuros sobre renta variable. También, teniendo en cuenta que el mercado alcista aún puede tener recorrido, compramos opciones en grandes índices, como el S&P 500 y el EuroStoxx 50. Si la bolsa vive un rally, participaremos.
¿Espera una recesión global?
Monitorizamos un rango de indicadores que históricamente han dado alguna pista sobre el riesgo de recesión. Actualmente tenemos 3, ó 4 modelos distintos; no son complicados, no están diseñados para hacer previsiones, pero nos ayudan sobre el momento en el que puede llegar una recesión mundial. Actualmente, en un horizonte de seis meses, prácticamente no hay riesgo. La economía mundial lo está haciendo bien. A 12 meses nos dice que hay una probabilidad de 1 a 5 de que se produzca una recesión. Pensamos que puede ser más elevado, porque los modelos no tienen en cuenta cosas como las guerras comerciales. El último mira a 2 años, y ahora mismo nos está indicando una probabilidad de más del 50 por ciento. Así, parece que este ciclo va a terminar en algún momento entre finales del año que viene y de 2020.
Se baraja la posibilidad de que Mario Draghi nunca llegue a subir tipos. ¿Qué puede ocurrir si llega esta recesión y el BCE no tiene espacio para maniobrar?
Creo que ese es un problema grande. La Fed tiene algo de munición ahora para acomodar su política monetaria, pero la mayor parte de bancos centrales la ha gastado ya y no se ha reabastecido. Esa es una gran preocupación. No está claro qué es lo que van a hacer los bancos centrales en la próxima recesión y hay muchas cuestiones pendientes de la última crisis: hay mucha deuda, muchas debilidades en ciertos puntos de la infraestructura financiera. En el caso de Europa, creo que es bastante probable que tengamos una recesión antes de que el BCE endurezca su política. Creo que lo que se podría hacer en ese caso es una combinación de políticas fiscales, con el núcleo de Europa intentando incrementar el gasto. El problema en ese caso es que quizá la periferia, particularmente Italia, que tiene una elevada carga de la deuda, sin mucho crecimiento y con un gobierno populista, sea cada vez más divergente y regresen los miedos de una ruptura de la eurozona, o al menos de un Italexit.
Y en ese caso...
Se podrían necesitar medidas todavía más creativas por parte de los bancos centrales. Algún tipo de QE adicional, o tipos de interés negativos. Se han escrito artículos frecuentemente, Larry Summers, Joseph Stiglitz... y están bastante pesimistas con esta cuestión. No tienen respuesta. Lo que significa que en algún momento va a tener mucho sentido tener deuda de estadounidense, porque es el único país que puede bajar tipos, y probablemente tendrá que hacerlo.
Los problemas que estamos viendo en los emergentes, ¿pueden tener graves consecuencias para el inversor en bolsa europea y estadounidense?
Sí, lo creo. Se están dando problemas en países vulnerables, que económicamente no son tan importantes. Turquía es significativo, pero económicamente no tanto. Argentina incluso menos. Pero si se contagia puede terminar siendo un gran problema. Al final la gran cuestión gira en torno al crecimiento de China. Creemos poco probable un hard landing, en parte porque probablemente emplearán pronto políticas fiscales. Ahora la economía mundial vuela con un sólo motor, EEUU, donde el impacto de la reforma fiscal se va a diluir en 2019. Estamos preocupados de que a finales de 2019 puedan venir muchas cosas juntas: la normalización de las políticas monetarias, el fin de los estímulos fiscales, los aranceles, las presiones al crecimiento por el final del ciclo... Es posible que sólo quede un año antes de la próxima recesión global, y entonces sólo quedan entre 6 y 9 meses de comportamiento alcista de los activos.