
El economista jefe del Banco Central Europeo, Peter Praet, reafirmó en Madrid el compromiso de la institución de subir los tipos de interés en la zona euro, "al menos", a partir del verano de 2019 y dejó un mensaje y un aviso muy claros: el BCE no debe ser el único responsable a la hora de estabilizar la economía y, de no actuar, el envejecimiento de la población y las pensiones restarán puntos al crecimiento económico y presionarán los tipos a la baja.
Antes del inicio de la conferencia de Praet, enfocada en la elaboración de la política monetaria en un contexto de incertidumbre, el presidente de La Caixa, Jordi Gual, calificó la tarea llevada a cabo por el Banco Central Europeo en los últimos años de "medidas extraordinarias en tiempos extraordinarios" y apeló directamente a Praet cuando le dijo: "Sin ti, 2012 habría sido una pesadilla".
Las medidas menos convencionales que aplicó el BCE "demostraron ser eficientes", explicó el economista jefe de la institución, y les llevó a "ser muy creativos". No obstante, ha lanzado un aviso a navegantes: "El problema es que la responsabilidad de las políticas de estabilidad ha recaído demasiado en los bancos centrales".
El envejecimiento de la población y su impacto en las cuentas públicas ha sido el tema central de la conferencia inaugural de la cátedra 'La Caixa' en Madrid. No solo puede afectar al crecimiento potencial, sino que "ejerce una prolongada presión a la baja sobre los tipos de interés", señaló Praet.
¿A qué velocidad afectarán estos cambios demográficos a los tipos?
El economista belga detalló que el nivel de deuda ha aumentado un 20% en la zona euro como consecuencia de la crisis financiera global, a lo que se añade la presión inmediata de la jubilación de la generación del boom demográfico de los años 50 y 60.
"Las pensiones van a restar algunos puntos porcentuales del crecimiento potencial cada año", apuntó Praet, "dejando poco espacio a suavizar el impacto del envejecimiento de la población por medio del endeudamiento adicional".
El informe de envejecimiento de la Comisión Europea para 2018 proyecta que el coste público relacionado con el envejecimiento en la zona euro supondrá un incremento del 1,1% del PIB entre este año y 2070. Aun así, el incremento se duplicará a comienzos de la década de los años 40 de este siglo. Aunque no parece mucho, "si no se actúa, estos costes anuales adicionales crearán un efecto bola de nieve que se convertirá en grandes cantidades en un futuro lejano", alerta Praet.
Las estimaciones sobre la tasa de dependencia, el índice que expresa la proporción existente entre la población dependiente y la activa, muestran que si hoy trabajan casi tres personas por cada pensionista, en 2070 habrá dos trabajadores por cada pensionista.
La subida de tipos, "al menos" en el verano de 2019
El conflicto entre actuar demasiado pronto o actuar demasiado tarde persiste en cualquier decisión de calado. Peter Praet se ciñó al mensaje oficial y trasladó a los asistentes que el BCE mantendrá los tipos de interés en el 0%, al menos, hasta el verano de 2019. "Has de tener coraje para decir eso", sostuvo, en referencia al escenario de incertidumbre. Sin embargo, defendió la tasa de inflación en el 2% porque "es buena" y "ni crea grandes distorsiones en la economía". Además, señaló que un cambio de opinión ahora iría en detrimento de la credibilidad de los bancos centrales.
La responsabilidad es de las políticas estructurales
A los Estados les pidió veladamente reformas estructurales para lograr un equilibrio duradero en la subida de los tipos de interés reales. "La responsabilidad de abordar las fuerzas debilitadoras del crecimiento potencial reside en las políticas estructurales, no en la política monetaria", recalcó el economista jefe y antiguo director del Banco Nacional de Bélgica. "Tales acciones apoyarán a la política monetaria en sus esfuerzos para mantener la estabilidad de precios y un comportamiento macroeconómico fuerte en un contexto de tipos bajos", enfatizó.
Praet no se inclinó por un modelo u otro para afrontar reformas en los sistemas de pensiones, ligados estrechamente a los cambios demográficos, pero dejó margen a las preferencias de cada país. "Algunos países pueden favorecer reformas sobre los derechos [a percibir prestaciones] y mejorar la provisión de pensiones del sector privado más allá de lo que ya se ha hecho. Otros países pueden favorecer la vinculación de la edad de jubilación a la esperanza de vida, a la vez que mantienen el ratio de prestaciones del sistema, u optar por mayores tasas de contribución, aunque esto pueda poner una carga mayor sobre las generaciones más jóvenes", explicó el economista belga.
Además de eso, Praet añadió en su discurso que las habilidades adquiridas por los trabajadores y la productividad "son las fuentes reales de un crecimiento fuerte, inclusivo y sostenible.