
Una de las frases más repetidas en el mundo de la inversión es "compra bajo y vende alto". Con este aforismo los inversores pretenden sacar provecho de la tendencia del mercado a sobrereaccionar tanto al alza como a la baja ante las noticias. Sin embargo, aplicar esta regla está lejos de ser fácil y en muchos casos lo que hace es limitar los rendimientos del inversor.
"Esta vez es diferente no es la sentencia más peligrosa en el mundo de las finanzas. Ese honor le corresponde a compra bajo y vende alto. Es una frase muy repetida pero pocas veces analizada. Y entra dentro de la categoría de lo que denomino ignorancia general. Es pegadiza y parece que es de sentido común, pero, en realidad, es un consejo pésimo en la mayor parte de las situaciones", explica Justing Waring, estratega de inversión de América de UBS.
Para demostrar el escaso rédito que ofrece esta política de inversión, desde el banco helvético han realizado tres aproximaciones al mercado. La primera consiste en simplemente en comprar y esperar, la segunda en vender cuando el S&P toca máximos históricos y comprar cuando cae un 5% y la tercera vender cuando el índice se sitúa en altos históricos comprando tras una corrección del 10%.
Así las cosas, si alguien hubiese comenzado a invertir en 1960 con 100 dólares y hubiese optado por simplemente mantener su inversión y esperar habría transformado esa cantidad en 28.645 dólares, una rentabilidad del 10% anual. Mientras, quien hubiese esperado a un descenso del 5% para comprar tras vender en máximos habría obtenido 422 dólares y quien hubiese esperado a una corrección del 10% tendría solo 390 dólares.
"Esta máximo presume que el inversor tiene una actitud de trader, mientras que la mayor parte son inversores a largo plazo. Y también implica que existe una simetría en los retornos, con un 50% de veces al alza y un 50% a la baja, lo que simplemente no coincide con la realidad", asevera Waring.
Batir al mercado
Por su puesto, habrá inversores que logren obtener rendimientos mucho más óptimos mediante esta técnica, pero lo cierto es que la mayor parte de los inversores cometen errores e incluso gran parte de los gestores profesionales se muestran incapaces de batir al mercado de manera consistente. Los activos de las gestoras de fondos crecerán solo la mitad los próximos 4 años.
Según los datos de JP Morgan Asset Management, el inversor medio ha logrado una rentabilidad anualizada del 2,6% durante los últimos 20 años, cubriendo apenas la inflación del 2,1%. Mientras, en ese periodo el S&P 500 ha generado una rentabilidad anualizada del 7,2%, una cartera del 60% en bolsa y del 40% en bonos ha rentado un 6,4% y los bonos han ofrecido retornos del 5%.