
Tras una década de bonanza al calor del rally que han protagonizado casi la totalidad de activos financieros, las gestoras de fondos de inversión se enfrentan ahora a un periodo complicado
No solo porque la era del todo vale a la hora de invertir ya acabó sino también por el aumento de la competencia que está llegando del lado de la inversión pasiva por un lado y de los robo advisor por otro, unido a los altos costes que han tenido que asumir para adaptarse a regulaciones como Mifid II que han implicado en muchos casos una auténtica transformación en sus modelos de negocio.
Tal es la encrucijada a la que se enfrentan que la consultora Bain &Company ha decidido cuantificarlo. Según el informe "After the Easy Money Boom, Stark Choices for Asset Manager", estas firmas de inversión verán muy limitado el crecimiento de sus activos de gestión los próximos cuatro años. En concreto, pronostican que éstos crecerán y 4% en el periodo 2018-2022, frente al 7% del que han disfrutado los últimos cuatro años. También prevé un fuerte retroceso en lo que se al beneficio por activo. Si en los últimos cuatro años éste ha sido del 2%, para los próximos cuatro considera que será del -7%.
"Las gestoras de activos se han beneficiado del auge del dinero fácil después de la crisis, del crecimiento de la riqueza especialmente en los mercados emergentes y de las subidas los mercados bursátiles. Pero esperamos cambios en el horizonte, que comprenderá un entorno más difícil para estas empresas", indica Matthias Memminger, socio de Bain & Company y uno de los autores del estudio. De hecho, este cambio de escenario ya se notó en los últimos resultados publicados por varias gestoras cotizadas
¿Qué tipo de gestora sobrevivirá?
Además, en el mismo estudio diferencian entre tres claros tipos de gestoras: las grandes, las no tan grandes que cuentan con una clara ventaja competitiva sobre el resto por el tipo de productos que ofrecen y las medianas, entre las que incluye a las gestoras ligadas a entidades financieras. De las tres, a las terceras, que según el informe acaparan la mitad de los activos bajo gestión que hay en el mundo, les pronostica un muy negro futuro, tan negro que las sitúa literalmente en "el valle de la muerte".
Para salir airoso de ese peregrinaje en el desierto al que se enfrenta el resto recomienda tres modelos. El primero, ganar escala, bien vía adquisiciones de capacidades tecnológicas en el caso de firmas como BlackRock o Vanguard que han alcanzado su techo de crecimiento, bien vía fusiones para el resto de gestoras, sobre todo las pasivas. También la vía de las fusiones es la que contempla para otras gestoras activas de rango medio para generar una mayor economía de escala y cita como ejemplo la fusión que se produjo hace un par de años entre Amundi y Pioneer. La última vía para subsistir en este competitivo entorno es la de ofrecer producto muy diferencial o centrado en una clase de activos muy específica que "les permitan justificar sus honorarios Premium". Sobre todo teniendo en cuenta que cada vez son más los inversores que miran los costes a la hora de invertir y su creciente desconfianza hacia la gestión activa.