
Históricamente, el último trimestre del año es el que concentra la mayor parte de las aportaciones a planes de pensiones, entre otras cuestiones porque es cuando los ahorradores echan sus cuentas de cara a aprovechar las ventajas fiscales en la Declaración de la Renta (hasta 8.000 euros anuales cuentan con deducciones fiscales). No obstante, la cifra se ha ido reduciendo en los últimos años hasta el punto de que 2018 podría ser el año en que las aportaciones a planes en los últimos tres meses del año caigan por primera vez del 50%.
Entre los principales motivos está el esfuerzo que las propias entidades están haciendo para desestacionalizar las aportaciones con el objetivo de "fomentar el ahorro sistemático y conseguir un objetivo de visión finalista y no fiscal", explica Javier Campos, director de desarrollo de negocio de Santalucía. Y es que esperar a final de año para hacer la aportación a un plan de pensiones es un error, por dos motivos.
Por un lado, limitar las aportaciones a solo el mes de diciembre supone asumir un gran riesgo de mercado y jugarse toda la inversión a un solo contexto. Y por otro, realizar aportaciones mensuales en lugar de hacerlas trimestrales o anuales permite una capitalización del ahorro, lo que se conoce como interés compuesto y cuya principal ventaja es que, al ir sumándose al capital inicial los intereses que se van obteniendo de la inversión, el capital total aumenta a lo largo del tiempo, por lo que los rendimientos que se van generando son cada vez mayores porque se van calculando sobre capitales mayores.
Ese efecto de capitalización se consigue no solo invirtiendo periódicamente sino también haciéndolo desde una edad temprana. Tal y como explica José Antonio Iglesias, subdirector general de negocio de VidaCaixa, "ahorrando entre un 5 y un 10% de nuestros ingresos cada mes conseguiremos un mayor ahorro en el momento de la jubilación que si realizamos un gran esfuerzo cada final de año. Esto es así gracias a la reinversión de los intereses".
Para potenciar este esfuerzo, los propios bancos han adelantado al mes de mayo sus promociones en planes de pensiones para coincidir con la campaña de la Declaración de la Renta y también en un contexto como el actual en el que crece la preocupación social sobre el futuro del sistema de pensiones.
Pero también ayuda "la reciente bajada de comisiones y la flexibilidad en el cobro, a través de la inclusión de posibilidad de disposición de los derechos consolidados transcurridos 10 años", puntualiza Juan Luis Alonso, asociado sénior de Mercer.
Críticas al sistema
Aunque es posible, algunos expertos creen que será difícil que las aportaciones en la recta final del año bajen mucho del 50% "ya que se sigue utilizando el gancho fiscal y existen muchos clientes que esperan hasta el último momento para desgravar", apunta Campos. Muestra de ello es que, a pesar de que el año pasado los planes de pensiones sufrían reembolsos netos de 600 millones de euros hasta septiembre, la avalancha del último trimestre dejaron el saldo anual en positivo, con 400 millones de euros en suscripciones netas, según Inverco.
"La previsión social en general solo alcanzará el peso y la relevancia que tienen en otros países de referencia cuando sepamos realmente qué pensión pública nos va quedar y qué prestación nos ofrecen nuestros planes privados", critica Alonso. En este sentido, "la transposición de Directiva IORP II ayudará a conocer la prestación esperada de los planes de pensiones, a través del denominado documento de Declaración de Prestaciones de Pensión, donde se deberá incluir una previsión de prestación según edad de jubilación", añade.
Poca inversión privada
Esta falta de información sobre la futura pensión estimada tiene mucho que ver en la carencia de ahorro privado de cara a la jubilación en España. El desequilibrio del sistema hará necesario en el futuro complementar la futura y menguante pensión pública con ahorro privado. Sin embargo, los españoles no parecen estar muy concienciados de ello ya que según los últimos datos que ofrece Inverco solo hay 73.893 millones de euros en planes de pensiones individuales; mientas que en planes de pensiones de empleo hay solo 35.301 millones (ver gráfico). En teoría, el primer pilar del sistema es la pensión pública; el segundo, los planes de empleo que las empresas y sindicatos ofrecen a los trabajadores; y el tercero, los planes del sistema individual.
Un dato que contrasta frente a otros países. Mientras en España, la tasa de sustitución (porcentaje que cobra el jubilado español sobre su último salario cotizado) es del 7%, la media de la OCDE se sitúa en el 57,6%, del que el 41,3% corresponde al sistema público y 16,3% al privado (11,6% obligatorio y el 4,7% voluntario). En España, es absorbida únicamente por el sistema público. La tasa más alta de los países de la OCDE.