
La cabeza de la firma de inversión vasca admite que con la nueva normativa europea el sector perderá capacidad de análisis y los valores pequeños se quedarán huérfanos, lo que afectará a su liquidez y les alejará de las bolsas. En este contexto, Norbolsa encuentra una oportunidad de negocio por su "especialización" en estas compañías.
Se define como un entusiasta del análisis financiero y ve en el nuevo marco regulatorio de Mifid II una oportunidad para poner en valor la especialización en el mercado español y particularmente en las compañías vascas que ofrece la firma de inversión que dirige, Norbolsa. Manuel Martín-Muñío, al frente de esta entidad participada por Kutxabank, Caja de Ingenieros, Caja Laboral y Bankoa desde hace un lustro, admite que la industria de la gestión pisa terreno desconocido y que el mercado podría acabar acusando las consecuencias, desincentivando las salidas a bolsa de nuevas empresas y reduciendo la liquidez de las medianas y pequeñas que ya están el parqué, por el menor seguimiento que tendrán por las exigencias de la nueva norma.
Mifid II: ¿oportunidad o amenaza para una firma de inversión como Norbolsa?
Esta directiva toca muchos aspectos y hay algunos en los que partíamos de una buena situación -certificaciones para asesorar o desarrollo tecnológico-. La parte que más nos ha afectado desde el punto de vista de negocio es la separación del análisis y la intermediación. Está suponiendo una presión sobre los márgenes del segmento del brokerage, donde las comisiones han bajado, y luego tenemos que poner en valor el equipo de análisis, por el que nunca se ha pagado. En general, se va a perder capacidad de análisis, y eso va a recaer en los valores más pequeños, que no los va a cubrir nadie. Por ello, estamos obligados a especializarnos para aportar valor añadido. Tenemos dos palancas. Por un lado, tenemos que ser de los mejores en valores españoles y el mejor en las empresas más cercanas a nuestro ámbito de actuación, País Vasco. Por otra parte, tenemos que mantener la cercanía y la personalización, algo que va a ser difícil para las grandes entidades. Ahí está la oportunidad.
¿Qué consecuencias tendrá el menor seguimiento de las pequeñas empresas?
Será difícil acudir a los mercados de capitales y puede afectar a la liquidez de estas compañías. Si no están cubiertos por los analistas, lo que va a ver es menos inversores actuando sobre estos valores. Hay una contradicción: el objetivo de Mifid II es más trans- parencia. El problema es que el efecto inicial de reducir la capacidad de análisis va totalmente en contra de esta misma intención y de la meta de los organismos europeos de que las empresas acudan a los mercados de capitales y de que se diversifique la financiación bancaria.
La mayoría de compañías vascas pertenece a este segmento del mercado...
Les afecta como al resto. Las cotizadas de la región tienen buenas perspectivas, a excepción del castigo particular que están sufriendo las tuberas. Como norma, las empresas del País Vasco ofrecen un atractivo, y el inversor de fuera ve valor y reconoce una marca: de que las cosas se hacen bien, con rigurosidad...
La 'marca' vasca también puede ser contraproducente... Por ejemplo, ¿ve a Euskaltel vendiendo en Sevilla?
Quizá tendría que crear una nueva imagen. Pero, en general, nosotros vemos entre los inversores de fuera del País Vasco que las compañías tienen atractivo.
La 'teleco' aparece y desaparece del foco de las operaciones corporativas, a veces como empresa opable, otras como compradora...
El sector parece efectivamente que necesita un cuarto operador y una consolidación y, por tanto, esta cuestión es un atractivo de la industria en sí. Nosotros recomendamos comprar Euskaltel sin tener en cuenta un movimiento corporativo, sino por descuento, proyecciones... al margen de los futuribles.
La entrada del Gobierno vasco en compañías como CAF, ¿será un lastre en bolsa?
Las participaciones en tanto en cuanto son minoritarias no afectan. Otra cosa sería una posición de predominancia. La entrada en CAF, por ejemplo, no afecta a sus perspectivas.
En el fabricante de ferrocarriles sí que llama la atención que parte del accionariado sean los propios trabajadores.
Es una participación histórica y conocida. No conozco ningún otro ejemplo, pero no ha impedido una evolución del valor normal. Ni le ha penalizado en los buenos momentos, ni le ha beneficiado...
Pero de cara a futuras operaciones...
La presencia de los trabajadores no las facilita.
¿Qué sectores recomienda Norbolsa?
Estamos positivos en sectores cíclicos, entre ellos en el sector financiero. Consideramos que la macro ayuda, los balances están saneados y se van a beneficiar de las subidas de tipos. Y dentro del sector nos gustan los dos grandes, Banco Santander y BBVA, porque están más diversificados. También nos gustan el sector de las infraestructuras. Llevamos unos años de contención de gasto y poca inversión, pero eso va a cambiar a partir de ahora. Por eso recomendamos Ferrovial o ACS.