
Cada dos semanas Albert Edwards, estratega jefe de Société Générale, emite una nota a sus clientes en la que -casi siempre- hace predicciones apocalípticas sobre el futuro de los mercados. Definido por muchos como un permabear -aquel inversor que actúa constantemente esperando que el valor de las acciones caiga-, Edwards vuelve a la carga en su último informe.
El estratega de la entidad francesa advierte de que las valoraciones de las bolsas en Estados Unidos caerán hasta mínimos más bajos de los vistos en los últimos mercados bajistas de 2001 y 2009. "Si estoy en lo cierto, la próxima recesión verá un nivel de múltiplos más bajo que el PER a futuro de 10,5 veces de marzo de 2009", asegura.
"Un retroceso del multiplicador de beneficios a siete veces y una caída del 30% de las expectativas de ganancias a futuro llevaría al mercado a nuevos mínimos como parte de un mercado de tendencia bajista en las valoraciones. Entonces la estratosférica subida del mercado durante los últimos años será vista como una aberración temporal alimentada por el QE", vaticina Edwards.
El economista emite este aviso justo después de que el bono americano tocase durante la sesión del martes por primera vez desde el arranque de 2014 el nivel del 3% -cota en la que se mantiene en la jornada de hoy-, una altura que es considerada por algunos analistas como el nivel clave que podría hacer descarrilar a todo el mercado al finalizar un mercado alcista de la renta fija que arrancó hace ya 30 años.
A pesar de que los índices de Estados Unidos habían resistido la escalada que había emprendido el interés del T-Note desde finales de marzo mejor de lo que lo hicieron en febrero -cuando las bolsas al otro lado del Atlántico corrigieron un 10%-, el martes los temores volvieron a Wall Street.
"La resistencia que encuentra el bono americano en el 3% es muy fuerte, pero si se rompe tendremos grandes problemas por delante", vaticina Edwards. "Personalmente no pienso que sea muy probable que el rendimiento suba muy por encima del 3%, pero no descartaría nada dado las claras presiones de fin de ciclo que se han construido", concluye.
Abert Edwards no es el único analista que ha advertido en los últimos meses sobre el acercamiento del fin del ciclo económico, pero es cierto que se ha mostrado durante años como un pesimista incorregible. Hace casi cinco años pronosticó que el S&P 500 llegaría a tocar los 450 puntos -ahora está por encima de los 2.600- y que el oro superaría los 10.000 dólares -se queda en torno a los 1.300 dólares-, una predicción que algún día podría tornarse correcta, pero que ahora parece muy lejana.
Buscando un motivo para caer
Uno de los últimos gurús de la inversión que han advertido en los últimos tiempos sobre un posible crash en el mercado ha sido Mark Mobius. En una entrevista con Financial News el experto se mostraba pesimista sobre el futuro de las bolsas. "Podría llegar un descenso del 30%. Los mercados parecen estar esperando un detonante para caer", explicaba Mobius al medio británico.
Esta advertencia se une a la que realizó el famoso inversor Jim Rogers después de la corrección vivida en febrero. "Cuando tengamos un mercado bajista otra vez, y lo tendremos, será el peor de nuestras vidas", alertaba en una entrevista a Bloomberg.