
El mismo telón de fondo que apoyaba a principios de año una bolsa alcista continúa hoy intacto, a pesar de la oleada de ventas que se desató el lunes en Wall Street y que se propagó a Europa ayer. Detrás de ese telón está el crecimiento de los beneficios empresariales, así como unas positivas perspectivas económicas, que se reafirman cada día con la publicación de datos macro mejor de lo esperados. Ambos factores, recuerdan los expertos, se mantienen sin cambios y, mientras así sea, no hay porqué pensar en un cambio de tendencia.
"Subir tanto y durante tanto tiempo, como venían haciendo los índices en EEUU, era algo inusual", recuerda el servicio de estudios de Bankia. Lo que sucede con las correcciones, continúa, es que cuanto más se retrasan suelen ser más violentas. "Lo importante en el caso actual es que no hay ningún elemento fundamental que permita pensar que estamos en el inicio de un cambio de tendencia", añaden.
Una de las premisas con las que arrancó el año, precisamente, es que las bolsas subirían tanto en 2018 como lo hicieran sus estimaciones de beneficio. Pues bien, en el caso de la europea, que sigue siendo la gran favorita de este año, hablamos de un avance del 9 por ciento (más de lo que se esperaba a final de año por el ajuste a la baja que se ha producido en la previsión de beneficio de 2017) y del 16 por ciento en el caso de Wall Street, que están distorsionadas por la reforma fiscal.
Pero las ganancias no son las únicas que acompañan porque en opinión de Lukas Daalder, director de inversiones de Robeco, "la economía global es fuerte" y, por tanto, "no hay necesidad de entrar en pánico por la corrección de los mercados". Según el último cuadro macro del Banco Central Europeo (BCE), el PIB de la eurozona crecerá este año un 2,3%, mientras que las previsiones de la Fed es que el de la primera economía del mundo avance un 2,5%, aunque existen estimaciones aún más optimistas. Es el caso de la de César Pérez, director de inversiones de Pictet WM, que habla de avances del 3% en ambas regiones.
Es por ello que Mark Haefele, de UBS, considera que no es momento de reducir la exposición a la renta variable. "El crecimiento global y las ganancias siguen siendo fuertes, algo que unido a los recortes de impuestos recientes, impulsarán el crecimiento", asegura.
La clave para Andrew Milligan, director de estrategia global en Aberdeen Standard Investments de ahora en adelante pasa por si los inversores pueden sentirse cómodos con la expectativa de que la inflación repunte, pero no dramáticamente. Si es así, "esto debería ser suficiente para contener las ventas y desencadenar un rebote. Lo peor que se puede hacer ahora es tener reacciones precipitadas", señala.