Bolsa, mercados y cotizaciones

"Un venta emocional": la mayor caída en puntos en la historia del Dow Jones desde la Bolsa de Nueva York

Desde el pasado viernes, el mercado de renta variable americana sufre una tensión no vista desde hace tiempo a pie de parqué. Tras un 2017 sin movimientos bruscos ni grandes correcciones, la volatilidad no hacía acto de presencia en un momento en que los fundamento económicos se han ido haciendo cada vez más fuertes. Sin embargo, tras un arranque de lujo en 2018, el pasado viernes dejó notar lo que ha supuesto una tormenta perfecta para la bolsa americana.

El repunte salarial registrado en el mes de enero coincidió con el incremento que hemos visto durante las últimas semanas en la rentabilidad del bono americano a 10 años. Síntomas que han hecho pensar que la Reserva Federal podría verse obligada a encarecer el precio del dinero de forma más brusca este año, cuando el consenso no descontaba más de tres subidas de tipos. A ello, habría que sumar el cambio de poderes en el seno del banco central estadounidense, donde Janet Yellen abandonó su cargo previa entrevista donde dejó caer que las valuaciones bursátiles y de otros activos eran elevadas. Palabras que también llegaron precedidas por el azote de la Fed a Wells Fargo por los abusos a sus clientes.

Al mismo tiempo, existe cierta tensión política. El próximo 8 de febrero, el gobierno de EEUU puede enfrentar un nuevo cierre si los legisladores no logran un acuerdo sobre el presupuesto que, a su vez, también implica solventar parte del tema migratorio y los dreamers (o soñadores). Todo ello coincide con la publicación del memorando redactado por republicanos en la Cámara de Representantes sobre presuntos abusos de vigilancia llevados por el FBI. Mientras el presidente de EEUU, Donald Trump, se siente vindicado, esta situación amenaza con desatar una posible crisis institucional.

Estos y otros factores llevaron al Dow Jones a llegar a borrar hasta 1.597 puntos antes de poner un torniquete a las ventas y dejarse, al cierre, 1.175 puntos, su mayor caída por puntos en la historia. Por su parte, el S&P 500 de dejó un 4,1%, la primera vez que el indicador hacía desaparecer un porcentaje de dicho calibre desde agosto de 2011, cuando la agencia Standard & Poor´s arrebató la triple A a EEUU, precisamente por los problemas relacionados con el presupuesto y la necesidad de elevar el techo de la deuda, otro de los retos que acecha a los legisladores de EEUU.

Peter Tuchman, director de operaciones de Quattro Securities, explicaba a elEconomista que la situación vivida hoy ha sido una "venta emocional". "Claramente hemos hemos perdido la media de los últimos 50 días en el S&P y eso ha comenzado a activar las ventas en algunos programas", apuntó. "Esto se ha producido cuando ya estábamos perdiendo entre 500 y 600 puntos. Existen unos soportes técnicos que cuando se pierden activan la orden de venta de forma automática", matizaba.

Según su experiencia de varias décadas trabajando en el parqué neoyorquino, cuando "vemos un mercado que cae por un precipicio" como vimos el lunes, se combina "una venta emocional" con "una venta automática". "Mucha gente está sentada pensando, la semana pasada perdimos 1.000 puntos sigo acumulando una gran rentabilidad en mi cartera, por qué no salir", dijo en referencia a la decisión de algunos inversores de deshacer sus posiciones durante las últimas dos jornadas bursátiles.

Aún así, Tuchman, como otros de sus compañeros consideran que esta tendencia no debería continuar. "Vamos a ver a mucha gente intentar elegir nuevos mínimos antes de volver a comprar con un descuento. No creo que esta caída vaya a continuar. Básicamente es un día de ventas emocionales", aseguró.

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