
El lunes han comenzado a cotizar los bonos de fidelización que emitió el Santander y lo hicieron con una caída en el precio inferior a lo esperado por la valoración independiente que realizaron los analistas de Intermoney y Afi en el momento de la emisión del folleto del producto. Según explican desde Auriga, el lunes se negociaron 5,2 millones de euros a un precio máximo de 80 y a uno mínimo de 78 euros.
De este modo, el descuento exigido por los inversores ha sido del entorno del 22%, frente al mínimo del 25% calculado por los expertos y el máximo del 32%. Fuentes del mercado explican que desde que se realizaron estas valoraciones se ha producido un estrechamiento de los diferenciales de crédito y ha crecido el apetito por este tipo de productos.
Suponiendo que el Santander ejercitase la amortización anticipada al séptimo año, la rentabilidad máxima a la que se ha negociado el bono es del 4,8% y la mínima del 4,4%. El interés nominal de la emisión de la entidad presidida por Ana Botín se sitúa en el 1%. La deuda emitida por la firma cántabra estaba destinada a clientes minoristas que comprasen acciones del Popular en la última ampliación de capital y a aquellos que acudiesen a las emisiones de deuda subordinada en julio y octubre de 2011, ofrece un interés anual del 1%. Hay un total de 981 millones de euros en circulación, por lo que los 5,2 millones negociados implican que se ha movido solo el 0,5% de esta cantidad.
Diferencia de valoración
Con todo, si el precio del bono retrocediese hasta 68,2 -el nivel más bajo según las valoraciones de los expertos-, el rendimiento se dispararía, siempre bajo el supuesto de que se ejercitase la call, hasta rozar el 7%. En caso de que llegase al precio más optimista de 75 el rendimiento subiría en otro punto porcentual, hasta el 5,4%. Aunque desde que se anunció el lanzamiento de la campaña comercial se ha dado por hecho que el Santander amortizará los bonos, en el folleto remitido a la CNMV advierte de que "no tiene obligación de hacerlo".