
La volatilidad sigue en mínimos históricos a pesar de los sobresaltos con los que se ha topado el mercado este año. La explicación de que sea inmune se encuentra en la liquidez, en opinión de Miguel Jiménez, gestor de fondos en Renta 4 Gestora. "No ha subido por la enorme liquidez que hay en el mercado, cuando existe mucha lo empaña todo", añade. Pero eso no quiere decir que no pueda repuntar en el momento menos pensado. Jiménez identifica cuatro circunstancias que, aunque no da probabilidad a que sucedan de aquí a final de año, podrían acabar con la complacencia del mercado.
La primera de ellas sería un cambio de escenario en el que Estados Unidos se venga abajo, "algo que por ahora el mercado no contempla", así como mayores expectativas de inflación. Y eso, sí que es más factible teniendo en cuenta que el consenso espera que la inflación subyacente en Estados Unidos suba en el segundo trimestre del año que viene.
El segundo de ellos está relacionado con el devenir de la economía a medio y largo plazo, sobre el que se muestran cautos. Aunque a corto son optimistas, desde la gestora opinan que nos encontramos en la última parte del ciclo y que el crecimiento se ha soportado hasta ahora mediante el aumento del déficit público y "estamos muy lejos de la solución", dice Jiménez. "Financiándonos al 0,5% no hay urgencia por poner las cuentas en orden", añade.
Los tipos bajos han favorecido que las economías se financien a golpe de deuda y eso ha provocado que la mejora de la economía no se traslade a gran parte de la población, de ahí, opinan, el auge de los populismos. "Tales movimientos vistos en los últimos meses no habrían pasado en 2005 y no es descartable que vayan a más, aunque las únicas elecciones que hay por delante son las de Italia, y esto también puede disparar la volatilidad", apuntan desde la gestora.
El último riesgo llega de la mano de China. "Si algo falla habrá impacto porque su tamaño no es el que tenía hace 20 años", matiza Jiménez.
Sobre Cataluña
"El tema de Cataluña seguirá y es por ello que habrá que pedir algo de prima a los activos. En el caso de que se produjera una corrección grande y teniendo en cuenta que nuestro escenario central es que no se produzca la independencia, aprovecharíamos para comprar", señala Jiménez. En cuanto al tipo de compañías que estarían en su radar llegado el momento figuran aquellas en las que se ha producido una sobre reacción por el simple hecho de ser españolas, como pueden ser Ferrovial o Red Eléctrica. "El inversor extranjero que quiere reducir su exposición a España aprieta el botón" sin discriminar.
Jiménez explica, no obstante, la conveniencia de tener hoy en día un elevado nivel de liquidez a la espera de que se produzcan mayores oportunidades. "La deuda pública no merece la pena, el corporativo es un mercado poco atractivo en general aunque quedan algunas oportunidades y la bolsa está correctamente valorada", apunta.
Respecto a las oportunidades que pueden quedar entre los bonos corporativos, Jiménez apunta a los bonos de OHL. "Somos una de las entidades con más bonos de OHL, tanto por los fondos como por los clientes. Aunque su precio ya ha subido mucho no es momento de vender, aún puede tener recorrido. Además, si el acuerdo sale adelante [la venta de su filial de concesiones al fondo IFM], OHL se quedaría con caja neta".