Bolsa, mercados y cotizaciones

Conversaciones con 'agostidad' en Jackson Hole

Imaginemos la escena en tierra de tramperos, en pleno Wyoming, donde se asentaban arapahoes y lakhotas, con montañas nevadas de fondo. Pasean tranquilamente los presidentes de los bancos centrales por separado de la Fed y el BCE. Janet Yellen sostiene un vaso de café entre sus manos, después de haberse subido la solapa de su chaqueta azul. El también septuagenario Draghi rechaza la informalidad de su homóloga estadounidense, y lleva cruzada su chaqueta con una corbata lavanda.

Los dos son conscientes de que los discursos que van a pronunciar hablarán de los mares y los peces de la política monetaria. A cara descubierta los dos reconocen que sus trabajos son sencillos desde la posición de haber inundado el mundo de liquidez. Su problema ahora es cómo recuperar una normalidad monetaria con la revolución de la tecnología disruptiva en ciernes que está cambiando la forma en que se va a hacer dinero en el mundo. Ambos han recalcado en varias ocasiones que les preocupa de cara a generar inflación y recuperar una sana subida de tipos cómo se están partiendo las sociedades y está desapareciendo como concepto lo mejor del mundo desarrollado: la clase media.

Janet Yellen: Mario, ante las dudas que tengo sobre el crecimiento económico es bastante probable que retrase las próximas subidas de tipos en EEUU. Como el mercado está esperando que el próximo día 7 empieces a esbozar cómo salís vosotros del atolladero, el euro se está apreciando con fuerza. Vengo a ofrecerte tanto la paz como la guerra, de tí depende lo que suceda.

Mario Draghi: (Con gesto intrigante) ¿Piensa como esa caterva de periodista o como el propio mercado empezó a creer, primero en octubre del año pasado, y luego al comienzo de este verano, después de Sintra, que empezaremos a subir tipos en Europa antes que tarde? Yellen, usted sabe más que yo. Usted sabe que me preocupa qué es lo que está sucediendo, y desconozco sus consecuencias. El mundo está cambiando. Wall Mart emplea a más de dos millones de personas, y Amazon, que quiere ser Wall Mart, a solo 380.000.

J. Y.: Entonces, sin la visibilidad que pensaba el mercado que iba a tener la subida de tipos, estamos de acuerdo en que tenemos que mantener un entente cordial, un rango de confortabilidad, con el dólar/euro para que no se hable de guerra de divisas.

M.D.: (saca su sonrisa de maduro galán) Claro, pero recuerde que respondo ante una banca que apenas gana dinero, y lo que es más importante, ante 28 estados muy diferentes. Y la persistente necesidad de Merkel de que sus ahorradores ganen dinero.

J.Y.: Es peor Pelo Paja -por Trump- (carcajadas de ambos). Antes hablaba con Kuroda que tenemos que normalizar al inversor japonés y su carry trade. Será asumible. El peligro será el yuan. ¡Difícil entender su última apreciación! Menospreciar al enemigo es el principio de la derrota.

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