
El segundo país con más reservas de oro del mundo se ha apresurado este año a dar por finalizado el programa de repatriación de este metal precioso, objetivo que había fijado para 2020. La meta propuesta por el propio Bundesbank en 2013 fue acumular hasta el 50% de las reservas alemanas en siete años vista. Para ello, el banco central germano tenía que repatriar de Nueva York y París hasta 674 toneladas de oro valoradas en 23.700 millones de euros.
Sin embargo, la institución alemana se ha anticipado tres años a su fecha límite y ayer publicó un documento en el que aseguran haber recuperado ya todo el oro prometido. En concreto, este año el banco ha repatriado las 91 toneladas que todavía custodiaba Francia en la bóveda del Banque de France de su sede en París.
Miedo al avance soviético
En la década de los años 60, el Acuerdo de Bretton Woods estableció un tipo de cambio fijo para las principales divisas mundiales en relación al dólar. La Reserva Federal estadounidense se comprometió, a su vez, en asegurar un valor determinado del dólar respecto a una onza de oro. A raíz de este nuevo orden mundial, y con la amenaza soviética como telón de fondo, Alemania Occidental decidió enviar hasta un tercio de sus reservas de oro a Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Sin embargo, con la desaparición definitiva del este patrón oro en 1971, la creciente creación del dinero fiduciario -aquel que no tiene respaldo en ningún metal precioso sino en la mera confianza en el sistema - y el posterior surgimiento del euro, al Bundesbank se le acabaron las razones para mantener esa diversificación geográfica.
Actualmente, la institución monetaria mantiene el 36,6% de sus reservas en Estados Unidos y otro 12,8% en Londres, mientras que el restante 50% ya se encuentra en casa.