
Iberdrola es una de las 15 cotizadas españolas que ya comunicó al mercado la retribución que repartirá para el próximo mes. En su caso, se trata de un dividendo fraccionado en dos pagos, con los que en total ofrece una rentabilidad del 2,5%, tras elevar la cifra un 13,6% frente a la abonada en julio del año anterior. La eléctrica realizará una primera entrega el 7 de julio en la que abonará 0,03 euros por título a todos los accionistas.
Pero el grueso de esta retribución será en formato scrip dividend, para el que también están fijadas las fechas asegurando una cantidad mínima de 0,145 euros por acción a quien opte por vender a la compañía sus derechos a nuevos títulos para obtener dinero en metálico. Todavía debe confirmar, el 3 de julio, tanto el importe exacto de ese pago como los títulos que se necesitan para recibir acciones nuevas en caso de que se opte por recibir el dividendo en papelitos.
Para cualquiera de las opciones, es obligatorio disponer de acciones antes del 5 de julio. Desde esa fecha, el inversor podrá vender en mercado sus derechos asignados -el plazo concluye el día 19- o solicitar a la compañía que le abone ese mínimo de 0,145 euros -como muy tarde puede pedirlo hasta el día 14-. A estos últimos accionistas se les abonará la cuantía en metálico el 21 de julio. Si no se opta por ninguna de estas vías, por defecto, la eléctrica repartirá acciones nuevas, que previsiblemente comenzarán a cotizar el 28 de julio.
Con estas dos entregas, Iberdrola se incorpora al EcoDividendo, la herramienta de elEconomista que reúne los pagos próximos más interesantes del mercado español, para sustituir a Telefónica, que remuneró a sus accionistas el pasado viernes.
Cambio de fiscalidad y nuevo 'scrip'
Lo que deben tener en cuenta los inversores cuando realicen la declaración de la renta de 2017 es que los scrip dividend no tributarán igual que hasta ahora. Al vender los derechos ya sea en mercado o a la compañía -cuando la empresa abona el pago en efectivo es porque está comprando esos derechos- se considerará que se obtiene una ganancia patrimonial, es decir, que fiscalmente se le dará el mismo trato que cobrar un dividendo en metálico.
Este tratamiento es muy diferente al que se aplicaba antes. Hasta el año pasado, vender los derechos no suponía una ganancia patrimonial, sino que se minoraba el precio de adquisición de las acciones antiguas.
Dado este cambio fiscal, no es casualidad que Iberdrola haya elegido este momento para retocar su retribución. La eléctrica anunció que, a partir de que se apruebe en la próxima junta, la opción de vender los derechos a la empresa ya no existirá como tal. Los accionistas podrán recibir títulos nuevos, vender sus derechos en mercado o recibir un dividendo en efectivo. Gracias al nuevo trato fiscal, los inversores españoles no notarán ninguna diferencia a la hora de realizar su declaración de la renta con el nuevo scrip de la compañía. Sí lo harán los fondos internacionales, que son los que han demandado esta opción a Iberdrola.