
Sólo cuatro compañías del Cac 40 francés tienen más de la mitad de su negocio dentro de sus fronteras. Las firmas del índice de referencia galo, de media, ingresan menos de una cuarta parte del total en su territorio. Pese a esto, un resultado en las próximas elecciones del 7 de mayo que llevara a Le Pen al Gobierno, puede poner 'en jaque' a todas las piezas del tablero europeo.
El periodo electoral en Francia se acerca y, después de que se hayan celebrado los comicios en Holanda, con la derrota de Geert Wilders y su ultraderechista Partido por la Libertad, el foco mediático se centra ahora exclusivamente en el 23 de abril (primera vuelta) y, sobre todo, en el 7 de mayo, fecha en la que se celebrará la segunda vuelta en el país galo, de la cual saldrá el próximo presidente de nuestros vecinos transpirenaicos.
Los mercados, de momento, no temen una posible victoria del Frente Nacional, el partido de ultraderecha antieuropeo encabezado por Marine Le Pen -el Cac 40 se anota algo más de un 3 por ciento en el año, en línea con el Footsie inglés y el Dax alemán, que avanzan un 2,5 y un 4,7 por ciento, respectivamente, en 2017-.
Aunque el claro favorito en las encuestas (Bloomberg calcula una probabilidad del 68 por ciento) es Emmanuel Macron (centro-liberal), que cuenta con el apoyo de François Bayrou, el atentado terrorista del pasado miércoles en Londres disparó, de nuevo, las opciones de que Le Pen gane una eventual segunda vuelta (pasó del 25 al 35 por ciento de posibilidades ese día).
Si ocurriera el peor de los escenarios, es decir, el que contempla una victoria del Frente Nacional con el apoyo del Parlamento francés, las compañías francesas sufrirían un fuerte castigo en bolsa y no hay que descartar una fuerte corrección del mercado español, pues Francia es nuestro primer aliado comercial.
Pero la imagen de una Francia chovinista, defensora a ultranza de su grandeur, no responde a su realidad bursátil. Rodrigo García, analista de XTB, apunta que las galas "son firmas muy internacionalizadas ya que, quitando las eléctricas, las entidades tienen la mayor parte de su negocio fuera de sus fronteras". En la misma línea, desde Amiral Gestión, gestora de fondos de origen francés, destacan que "la exposición directa de las compañías del Cac a su país está en mínimos históricos, ya que la globalización la ha reducido considerablemente en los últimos años".
Con los datos en la mano, se puede afirmar que las compañías que componen el selectivo de referencia francés no dependen tanto de lo que pueda suceder en Francia. En 2016, según los datos que ofrece Bloomberg, menos de una cuarta parte de sus ingresos procedió de Francia mientras que, por ejemplo, en 2012, la exposición al propio mercado era superior al 27 por ciento del total. De hecho, las componentes del Cac nunca habían estado tan internacionalizadas de media.
Además de al negocio doméstico, las firmas del índice tienen una exposición del 39 por ciento al resto de Europa y de casi el 18 por ciento a Norteamérica. Por contra, apenas tienen posiciones en sus antiguas colonias. Sólo el 12 por ciento de sus ingresos llegaron desde Asia mientras que apenas el 3 por ciento lo hicieron desde el continente africano.
"El mercado teme más a la incertidumbre que provocan unas elecciones que a los propios resultados de las mismas, tal y como hemos visto en las últimas ocasiones como el Brexit (el Ftse 100 se revaloriza más de un 15 por ciento desde el nivel previo al referéndum) o los comicios norteamericanos (el S&P 500 se anota casi un 10 por ciento desde la votación previa a la victoria de Donald Trump)", explica García.
Las 'figuras' más expuestas
Un buen ejemplo de la poca exposición de las francesas al negocio doméstico es que sólo cuatro de las 40 empresas que componen el índice de referencia tienen la mitad o más de su negocio en Francia. Estas son la teleco Bouygues con un 63 por ciento, Vinci con un 60 por ciento, la inmobiliaria Unibail con casi un 56 por ciento, y Crédit Agricole, con un 51,4 por ciento del total de sus ingresos.
Al otro lado, nos encontramos a Publicis y Essilor, que tienen en torno a un 3,5 por ciento de su negocio en Francia, mientras que otras como Airbus o Solvay ingresan allí cerca de un 4 por ciento del total.
Si la carambola electoral llevara a Marine Le Pen al Palacio del Elíseo y cumpliera su amenaza de abandonar la Unión Europea y la eurozona, recuperando como divisa oficial el franco, esto tendría "consecuencias inmediatas para las compañías francesas", avisa José Luis Herrera, analista de CMC Markets. "Si abandonara el euro, las primeras afectadas serían las firmas exportadoras y con gran presencia en el exterior, como Essilor, France Telecom o Vivendi, que sufrirían, lógicamente, la devaluación que viviría la moneda gala".
Rodrigo García, por su parte, cree que de darse este escenario, "todos los sectores saldrían muy perjudicados, sobre todo bancos y aerolíneas, además de las exportadoras". En cualquier caso, la probabilidad de que Le Pen se imponga, y además cuente con el apoyo del Parlamanto es casi nula. JP Morgan, de hecho, sólo le concede un 3 por ciento de probabilidad. Pero la lectura más terrorífica que dejaría para el mercado la salida del euro es que pondría fecha de caducidad al proyecto europeo.