
La cesta de compañías que recompran más acciones en Europa sube un 3,8% anualizado durante los últimos 10 años, frente al 0,7% que se revaloriza el mercado.
Históricamente, las compañías del Viejo Continente han sido mucho menos propensas que las de Estados Unidos a retribuir a sus accionistas mediante la recompra de acciones. Esta tendencia se ha exacerbado en los últimos años, en 2005 el nivel de buybacks de las empresas europeas era la mitad que el de Estados Unidos y ahora apenas supone una doceava parte, según los datos recopilados por UBS.
La actividad de recompra de acciones ha caído hasta su nivel mínimo de los últimos 10 años en la región, lo que ha servido para resaltar aún más la capacidad de las compañías que confían en sí mismas para batir al mercado. Desde que comenzó el año el MSCI Europe Buyback Yield Index (que reúne a las firmas cuyas recompras han ofrecido un rendimiento de más del 2 por ciento en dos de los últimos tres años) se anota una subida del 7,3 por ciento, adelantando en 3 puntos porcentuales al MSCI Europe. Un comportamiento que se repite durante los últimos diez ejercicios: de manera anualizada la cesta elaborada por Morgan Stanley se eleva un 3,8 por ciento, frente al 0,7 por ciento que se apunta su benchmark.
No solo lo hacen mejor que las empresas europeas, en términos relativos también baten ampliamente a los estandartes de las recompras de acciones en Estados Unidos, que están de capa caída. "Es llamativo que el comportamiento relativo de las compañías que recompran sus acciones está comenzando a divergir. La cesta de buyback del S&P 500 lo ha hecho peor que el índice durante los últimos dos años, mientras que la europea se ha sostenido mucho mejor y sigue cerca de sus máximos", señalan desde Morgan Stanley.
En BNP Paribas exponen que "desde mayo de 2015 y el comienzo del QE hemos esperado que las recompras de acciones aumenten en la eurozona. Anticipamos que una combinación de un programa de compra de activos significativo y una tasa de depósito negativa desincentivaría que las compañías acumulasen efectivo y en su lugar las motivasen a llevar actividades en favor del accionista como la adquisición de títulos propios". En este mismo sentido, en UBS creen que "con gran parte de las emisiones de acciones en el sector bancario superadas, los niveles de recompras podrían aumentar y la perspectiva de la llegada del tapering podría crear una sensación de urgencia en las compañías europeas".
Como en cualquier decisión a la hora de colocar el capital en una empresa, la regla de oro sería lograr recibir más de lo que estás pagando. De este modo, la lógica dicta que la compañía debe llevar a cabo la recompra de acciones cuando considere que el mercado está infravalorando sus títulos. Así, los accionistas tienen dos opciones: vender su parte proporcional y lograr un dividendo casero o no hacer nada.
"En este caso, no hacer nada es hacer algo. Si eliges mantener tus acciones estás incrementando de forma efectiva tu porcentaje de capital sobre el total de la compañía", explican desde Credit Suisse. En la entidad helvética defienden que "es lógico preferir que las compañías que componen tu porfolio recompren acciones antes que pagar un dividendo. Si tienes títulos de una empresa que crees que está infravalorada, estas operaciones aumentarán el valor por acción por definición".
Durante el mes de abril comienza a tomar fuerza la temporada de dividendos en la bolsa del Viejo Continente: pagos de rendimientos cercanos al 5 por ciento como el de Daimler o el de Munich Re (que está en la cesta de compañías con buybacks) se repartirán durante el próximo mes.
Los protagonistas
Dentro del MSCI Europe Buyback Yield Index, el país que alcanza un peso mayor en recompras de acciones es España, con un 19,14 por ciento. Mientras, por sectores, las compañías industriales aglutinan casi un cuarto del peso total del índice.
Dentro de los diez constituyentes del selectivo que cuentan con mayor ponderación tres se anotan una recomendación de compra: la danesa Pandora, la holandesa Ahold y la española Iberdrola. Las otras siete compañías del top ten cuentan con un consejo de mantener.
Entre estas empresas, la que tiene un programa de recompra de acciones más atractivo es la cadena de supermercados Ahold. En concreto, tiene previsto recomprar 1.000 millones de euros en acciones -de los que ya ha completado aproximadamente una quinta parte- este año, lo que supondría una rentabilidad de aproximadamente el 4 por ciento. Y los expertos consideran que podría quedar más por venir: "Si la recompra sigue a este ritmo, dejaría abierta la posibilidad de que la firma incremente la cantidad más adelante este año", indican en Barclays.
La empresa ofrece un potencial cercano al 20 por ciento después de haber cotizado prácticamente plano en lo que va de año. "Consideramos que el formato de negocio de Ahold y la ejecución de sus planes está infravalorada por el mercado y consideramos que a medida que vaya cumpliendo con sus objetivos habrá una expansión de múltiplos", señalan en JP Morgan. Por PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) cotiza en las 15 veces. Esto supone un descuento del 10 por ciento con respecto a las grandes del sector, una rebaja que se amplía hasta el 14 por ciento teniendo en cuenta las ganancias de 2018.
El consenso prevé que la compañía también retribuya por la vía de los dividendos: con cargo a 2017 se espera un rendimiento del 3,2 por ciento, para 2018 un 3,6 por ciento y de cara a 2019 se pronostica que la rentabilidad de los pagos -a los precios actuales- alcance el 4 por ciento.
Entre las grandes compañías con buybacks atractivos y una recomendación de compra, la que tiene el segundo programa de recompra de acciones más atractivo es Iberdrola. La empresa capitaneada por Ignacio Sánchez Galán solicitará a la junta de accionistas el próximo viernes la aprobación de la reducción del capital de un 3,4 por ciento. No obstante, la firma lo hace con el objetivo de reducir el efecto dilutivo de los pagos en scrip.
La compañía española cuenta con una de las políticas de retribución más claras y atractivas del Ibex 35. La eléctrica se ha comprometido a un suelo de 31 céntimos por acción este año -supone un rendimiento del 4,8 por ciento-. De cara a 2020 tiene como objetivo pagar entre 37 céntimos y 40 céntimos por título, lo que implicaría en el rango alto un rendimiento del 6,2 por ciento en los precios actuales.
La compañía tiene un tímido potencial del 4 por ciento, pero los más optimistas creen que puede llegar hasta los 8 euros por acción, lo que implicaría un recorrido al alza del 23 por ciento. "Los riesgos bien diversificados y la vida útil que le queda a sus activos da visibilidad a las perspectivas de crecimiento de sus ganancias. Este aumento del beneficio, unido a un balance financiero sólido le lleva a tener la política de dividendos más sostenible y atractiva de la industria", reflexionan en Citi.
La tercera recomendación de compra -y también la más sólida- recae sobre Pandora. La política de buyback que tiene programada ofrece un rendimiento del 2 por ciento y cuenta con el mayor potencial hasta su precio justo: roza el 50 por ciento. Además, la compañía tiene una atractiva política de dividendos: se espera que los de este año renten un 4,4 por ciento y que los del año que viene rocen una rendimiento del 5 por ciento. Este aumento vendrá de la mano de un crecimiento del beneficio de un 12,5 por ciento anualizado en el trienio, hasta alcanzar los 1.151 millones de euros en 2019.
En cualquier caso, el valor no pasa por su mejor momento en el parqué. En lo que va de año sufre un retroceso del 17 por ciento, lo que ha llevado su cotización a situarse en zona de mínimos de un año y medio.
Las mayores recompras
Entre el resto de las 10 grandes compañías del índice pero que no son un comprar, el programa de recompra más atractivo es el de la helvética Nestlé, cuyo rendimiento para el inversor alcanza el 3,6 por ciento, si bien tiene un potencial limitado: de solo el 3,4 por ciento.
La siguiente más suculenta es Munich Re, con un rendimiento del 3,5 por ciento, si bien su recomendación roza la venta y apenas cuenta con potencial. "Nos continúa gustando la posición defensiva de la compañía dada la presión que existe sobre el sector y todavía confiamos en que su dividendo es uno de los más seguros del segmento", señalan en Berenberg, si bien reconocen que "es difícil ver como sus acciones pueden batir al sector asegurador a lo largo de este ejercicio".