Bolsa, mercados y cotizaciones

La deuda a corto plazo cobija de las caídas

Los fondos de renta fija gubernamental a corto plazo solo pierden un 0,6% desde los mínimos de rentabilidad que marcó el bono español en septiembre del año pasado, frente al 4% que caen, de media, los productos que invierten a plazos más amplios. Recortar la duración de la cartera es, para los expertos, clave para sobrevivir a un entorno con más crecimiento, inflación y tipos más altos

Preparar las carteras de renta fija para afrontar un entorno de mayor crecimiento, inflación y subidas de tipos en Estados Unidos que acabarán contagiando a Europa (al menos, en la parte larga de la curva) es ya una necesidad. Ante este escenario, muchos expertos tienen la respuesta: bonos a corto plazo para minimizar el impacto de las caídas en el precio y fondos de deuda flexibles que pueden ajustar la duración de su cartera a sus expectativas e incluso situarla en algunos casos en niveles negativos.

La duración es, para Fernando Luque, editor senior de Morningstar, uno de los "elementos más importantes cuando uno compra un fondo de renta fija". Ya que, cuanto más alejado sea el vencimiento de un bono mayor será el impacto sobre el precio de una variación en los tipos de interés. Y al revés. Por lo que, en gran medida, la actuación de los bancos centrales nos da pistas para invertir en el mercado de deuda.

"Los inversores deberán prestar especial cuidado a los fondos de deuda pública que invierten a largo plazo", alertaba José Ignacio Victoriano, responsable de renta fija de Renta 4, recientemente a elEconomista. Ya que, "aunque éstos han dado buenos retornos en los últimos años, es de esperar que este ejercicio la tendencia se interrumpa y que, por lo tanto, sus rentabilidades no sean tan positivas", añadía. Un riesgo que ya se observa en las carteras de fondos: según los datos de Morningstar, aquellos que invierten en deuda gubernamental en euros asumen pérdidas del 4 por ciento desde los mínimos que marcó el bono en septiembre de 2016.

La clave que justifica esta negativa visión sobre la deuda pública europea a plazos más amplios es la inflación. "Creemos que ese repunte de la inflación también se verá en Europa y el mercado tiene que darse cuenta", apuntaba recientemente Rose Ouahba, responsable de renta fija de Carmignac.

Por eso, Victoriano aconseja que la inversión vía fondos de deuda "debe centrarse en aquellos activos que inviertan en el corto plazo, pero con suficiente flexibilidad para invertir en crédito y en activos con retornos positivos". Y aunque, de media, los productos que tienen exposición a bonos públicos a corto plazo también sufren caídas, éstas se minimizan, de media, hasta el 0,6 por ciento desde septiembre -ver gráfico-.

En lo que va de año, incluso hay agún producto de esta categoría que está en positivo. Se trata de Mutuafondo Bonos Financieros A y Evli Short Corporate Bond B, que ganan un 0,62 y un 0,12 por ciento, respectivamente. Ambos pertenecen a la categoría de bonos corporativos en euros a corto plazo y cuentan con un rating Morningstar de cinco y cuatro estrellas cada uno. El resto de productos con mejor rating para la casa de análisis en base a su rentabilidad/riesgo a largo plazo que son accesibles para el minoritario (los ocho productos que aparecen tienen cuatro o cinco estrellas -ver gráfico-) asumen ligeras pérdidas que no superan el medio punto porcentual en lo que va de año.

Pros y contras de esta inversión

La expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés en 2018 es uno de los argumentos para que las gestoras reduzcan las duraciones de los productos de renta fija que sacan al mercado.

En lo que va de 2017, ya hay alguna gestora que se ha animado a ampliar su oferta comercial con productos de esta gama. Es el caso de Renta 4, que esta misma semana ha lanzado Renta 4 Foncuenta Ahorro, un fondo de renta fija euro a corto plazo que tendrá una duración media de hasta 18 meses.

No obstante, a tenor de los resultados, aunque las pérdidas serán menores, el riesgo de asumirlas está ahí. Este año, los inversores se enfrentan a varios procesos electorales en Europa (incluidos los de Francia y Alemania), a las medidas que pueda poner en práctica el presidente de Estados Unidos Donald Trump y a las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Un entorno que para Adrian Hull, especialista sénior en inversiones en renta fija de Kames Capital, "podría incidir en el riesgo de crédito". Así, no es de extrañar que el profesional justifique que "los fondos de crédito de corta duración se beneficiarán parcialmente pero quizás no ofrezcan la protección a la que aspiran los inversores". Para Luque "perderán menos en caso de subidas de tipos, eso sí, pero perderán algo".

De todos modos, hay opiniones que redundan en que puede haber ventanas de oportunidad en los bonos a largo plazo. Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4, cree posible que "en España, en el entorno del 1,7 por ciento [de la deuda a 10 años] vuelva a haber compras".

Fondos con duraciones negativas

Existen productos de renta fija a los que una subida de los tipos no les afecta. Se trata de los fondos con una duración negativa, que lejos de verse afectados incluso se benefician por un alza del precio del dinero. La explicación es que este tipo de productos utiliza derivados sobre los tipos de interés apostando por una subida. Así, si en un fondo de duración positiva un alza de tipos baja la cotización de su cartera de bonos, en un producto con duración negativa es al revés: si suben los tipos su cotización también repunta.

Eso sí, son productos difíciles de encontrar. Tal y como explica Luque, "hay muy pocos fondos con duración negativa, aunque hay algunos flexibles que podrían hacerlo". Entre los últimos que se han lanzado está CaixaBank RF Duración Negativa, que siempre se moverá en el terreno de la duración negativa, de media, en los 2,5 años, mediante el uso de derivados con la venta de futuros de bonos de deuda pública.

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