
Una década ha pasado ya desde que Steve Jobs presentara en sociedad algo que ni él mismo imaginaba que iba a cambiar para siempre el mundo de la telefonía y las telecomunicaciones: el primer iPhone. Aunque no sería hasta junio cuando se empezase a comercializar, fue el 9 de enero de 2007 el día que el fundador de Apple se subió al escenario y sugirió la locura de que debíamos pagar más de 500 dólares por un teléfono móvil.
Por aquel entonces, una acción de la compañía de la manzana costaba alrededor de 12 dólares. Hoy, el precio se ha multiplicado por 10, pues hay que desembolsar casi 120 dólares para hacerse con un título de Apple. Sólo en 2007, el precio en bolsa de la empresa se disparó más de un 130%. Pero, ¿qué ha pasado en estos 10 años?
Un año después, en 2008, aparecía el iPhone 3, el primero que se comercializó en España (el iPhone 2 fue una versión del primero). Sin embargo, aunque trajo la expansión real del dispositivo por todo el mundo, coincidió con uno de los peores años que se recuerdan para la renta variable estadounidense, con la crisis de las hipotecas subprime (el S&P 500 se desplomó casi un 40%). Ese año las acciones de la tecnológica retrocedieron más de un 50% durante ese ejercicio.
A partir de entonces, los primeras espadas de cada una de las nuevas generaciones de móviles de la compañía han ido apareciendo en las estanterías de los grandes almacenes con una periodicidad de dos años hasta que en septiembre del año pasado, aparecía el iPhone 7 en escena, el último de la saga hasta el momento.
Cada uno de esos años (2010, 2012, 2014 y 2016), el precio en bolsa de la compañía americana ha subido, de media, más de un 32% mientras que aquellos en los que no ha presentado una nueva generación (2011, 2013 y 2015), sólo se ha revalorizado un 8,5% de promedio.
Como es lógico, los números de la compañía se han transformado tanto o más que sus productos desde 2007. Uno de los factores en los que más destaca actualmente Apple es por la caja que acumula en su balance. Con los 160.000 millones de dólares que el mercado estima que alcanzará este año, podría comprar hasta 23 de las 35 compañías que cotizan en el Ibex 35. El año del nacimiento del primer iPhone la tesorería sólo llegaba a los 15.000 millones de dólares, menos de una décima parte de la que tiene hoy.
No sólo su caja neta se ha multiplicado en esta década, también su partida de beneficios. En 2007 cerró el año con unas ganancias de 3.500 millones de dólares, cifra que cuadriplicó en sólo tres años. Sin embargo, el mayor incremento llegó después de 2010, año en el que sorprendió a los consumidores con un terminal de menor tamaño que el anterior, ya que cambió la tendencia que imperaba hasta el momento. Apple consiguió en 2010 alcanzar los 14.000 millones de dólares de beneficio, y sólo dos ejercicios después, en 2012 (temporada del iPhone 5), volvió a triplicar esa cifra hasta los 42.000 millones de dólares. Este año se espera que cierre con 47.000 millones más en su cuenta de beneficio.
Si hay algo que ni Steve Jobs podía imaginar en 2007 es la importancia que cobraría su nuevo invento. Ese año, el nuevo juguete de Apple supuso poco más del 2% del total de los ingresos de la compañía, que tenía en el iPod y el ordenador de mesa, sus mejores caballos de batalla.
En 2010, las ventas de teléfonos móviles ya lo habían convertido en el producto estrella. Los ingresos procedentes del iPhone alcanzaron el 40% del total y sólo tardó dos años más en superar la barrera simbólica del 50%: la mitad de cada euro que entraba en la caja, había servido para comprar un iPhone.
El último dato publicado por la compañía es del ejercicio pasado, en el que la cuota de este producto alcanzó el 63,4%, lejos de la medalla de plata, el iPad, que no llega al 10% del total.
¿Y este año, qué? Aunque la historia El consenso de analistas que recoge FactSet otorga a sus títulos un recorrido alcista en bolsa de más del 10%, hasta su precio objetivo, situado en el entorno de los 132 dólares. De agotar este potencial marcaría su máxima cotización histórica.
Para Citi, hay razones suficientes para creer que esto sucederá, como la reforma fiscal que pretende llevar a cabo Donald Trump, por la cual Apple podría repatriar la caja que tiene en el extranjero tributando sólo un 5%, la mitad de lo que debía aportar al fisco hasta ahora. Otra de las múltiples razones que señala el banco de inversión son las 13 veces de PER -veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción- con el que cotiza actualmente, que ofrece un "ligero" descuento frente a su multiplicador de beneficios histórico.