
La última reunión del año del Banco Central Europeo (BCE) dejó varias lecturas para la renta fija. Por un lado, la institución no defraudó y prolongará el programa de compras de deuda, aunque reducirá el ritmo desde abril. Y, por otro, negó estar hablando de tapering, pero en principio dejará de comprar en diciembre de 2017, siempre cubriéndose las espaldas. ¿Cuál fue la reacción en la deuda?
Los inversores vendieron bonos de la mayoría de países europeos, sin perder de vista la llegada de más inflación (aunque de forma moderada) y de una subida de tipos que se producirá como paso natural tras la retirada de estímulos. Eso sí, al cierre de la sesión las ventas se suavizaron.
La rentabilidad del bono español a 10 años llegó a dispararse 14 puntos básicos, hasta el 1,566%, aunque finalmente acabó en el 1,504%. Este aumento se traduce en pérdidas del 0,7% para el inversor que tuviese esta deuda en cartera, ya que la rentabilidad sube porque cae el precio, y borra prácticamente las ganancias de los días previos a la reunión.
Mientras, en Italia el rendimiento de la deuda a un década subió 11 puntos básicos, y aunque durante el día sobrepasó de nuevo la barrera del 2% acabó ligeramente por debajo. En Portugal, la rentabilidad se incrementó 23 puntos, hasta el 3,75%. En menor medida, los inversores también vendieron bonos alemanes, y la rentabilidad del Bund escaló al 0,38%, después de tocar el 0,456% durante la jornada.
Estas ventas de deuda llegaron después de días previos de compras, en los que el mercado confiaba en una extensión del QE. El presidente del BCE, Mario Draghi, cumplió con lo esperado, e incluso modificó su programa para abarcar un abanico más amplio de bonos a los que tener alcance, lo que evitó males mayores en renta fija.
Para ello, levantó el límite de no comprar deuda con rentabilidades inferiores al -0,4% (el nivel de la tasa de depósito con la que cobra a los bancos por dejar el dinero en el BCE) e introdujo la opción de adquirir bonos con vencimiento a un año (antes el mínimo era dos). Este cambio de parámetros puso el contrapeso a que el mercado ya descuente subidas de tipos para 2018, según las probabilidades que recoge Bloomberg.
Desde la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las rentabilidades de la deuda ya venían recogiendo un aumento de inflación que tiraría de los tipos al alza. De hecho, el día previo a las elecciones el rendimiento del bono español a 10 años se situaba en el 1,25%, desde donde provoca pérdidas del 2,3%. En este periodo, llegó a escalar al 1,677%.
El euro pisa el freno: cae a 1,06
En las sesiones previas a la reunión del BCE, el euro había tomado impulso frente al dólar, al revalorizarse un 0,8%, rozando los 1,08 dólares. Sin embargo, ayer acabó con esta subida, al retroceder en torno a un 1,4% y regresar a niveles de 1,06 dólares. Incluso llegó a intercambiarse por debajo de la cota a la que arrancó la semana. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el euro pierde un 3,8% en su cruce contra el billete verde.