
El histórico acuerdo anunciado el miércoles pasado por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP- para recortar la producción, apunta, no sólo a equilibrar la oferta y la demanda del recurso energético, si no a que el mismo mes de enero, cuando está acordado que se implementen los nuevos niveles de oferta, haya un déficit de producción.
Según los datos de oferta y demanda que maneja la Agencia Internacional de la Energía, la sobreoferta actual es de 300.000 barriles... y bajando, gracias al incremento de la demanda, mientras que el recorte pactado es de 1,5 millones de barriles, aproximadamente. La pregunta es ahora para muchas casas de análisis si los Reyes Magos de Arabia cumplirán con su palabra y traerán a los inversores alcistas en petróleo el ansiado recorte, tal y como se ha acordado.
¿Cumplirán lo pactado?
Y es que el historial de la OPEP en este sentido no está demasiado limpio; son muchos los expertos que destacan la falta de rigor que ha mostrado la Organización durante décadas para cumplir lo pactado. De hecho, no hay que echar la vista mucho tiempo atrás, ya que a principios de este mismo año el cártel decidió eliminar el objetivo de producción que mantenían en los 30 millones de barriles, ya que llevaba varios meses produciendo muy por encima de ese nivel, algo que reflejaba la poca seriedad del compromiso que habían adquirido. Fuentes del mercado detallan también cómo Irán, por ejemplo, se saltó durante años las sanciones comerciales que se le habían impuesto por su programa nuclear, vendiendo crudo a grandes multinacionales en el mercado negro.
Además, la OPEP no es precisamente un ejemplo de unidad y solidaridad entre miembros. Esto ha quedado más que patente durante los últimos meses, para quien siguiese las durísimas negociaciones que han mantenido los países que la componen para poder cerrar el pacto de recorte. De hecho, la enemistad por motivos geopolíticos y religiosos de Arabia Saudí, la voz cantante de la OPEP, e Irán, es histórica, y se remonta varios siglos atrás. Hay quien descartaba la posibilidad de ver cómo el cártel cerraba el acuerdo por este motivo, alegando que se trataría de un acuerdo entre estos países que entraría en los libros de historia.
También, el compromiso que han adquirido varios países ajenos a la OPEP, como Rusia y México, de contribuir frenando su extracción, tiene que ser ratificada, para poder asegurar que el recorte es efectivo para impulsar los precios.
¿Era necesario el recorte?
Teniendo en cuenta las previsiones de oferta y demanda que manejan los analistas, salvo cambios inesperados, la sobreoferta de petróleo apuntaba a terminar en algún momento del año que viene. Algunos analistas lo estimaban ya para la primera mitad de 2017; de hecho, el viernes pasado, en medio de las negociaciones de la OPEP, el representante saudí traía carbón a los alcistas al destacar que quizá no era necesario un recorte, ya que el mercado se estaba equilibrando por el aumento del consumo global y especialmente en EEUU. Muchos descontaron que no habría acuerdo, y el crudo cerró esa jornada con caídas superiores al 4%.
Si esto es así, la pregunta es, ¿por qué actúa la OPEP? Fuentes del mercado explican que la Organización ha considerado que el recorte al que se está sometiendo no es tan doloroso como puede parecer -no hay que olvidar que el referente para la reducción es un nivel récord de producción para el cártel, por encima de los 34 millones de barriles diarios-, y se verá más que compensado con los beneficios que van recibir si consiguen que el crudo se mantenga por encima de los 50 dólares, e incluso logren incrementarlo hasta la cota de los 60. En este nivel la Organización se siente cómoda, según publicó ayer Bloomberg citando fuentes del cártel, ya que ayudará a reducir el impacto negativo en sus economías sin ser suficientemente caro como para que los productores que hacen fracking en EEUU vuelvan al mercado de forma masiva. Con todo, estos últimos también estarán celebrando la decisión de la OPEP y la subida del petróleo.