Bolsa, mercados y cotizaciones

El bono estadounidense repunta al 2% y provoca pérdidas del 2,8%

  • La deuda pasa de ser refugio a convertirse en uno de los activos más castigados

El recuento de votos en los primeros estados considerados clave en las elecciones de EEUU ya anticipaba una victoria del candidato republicano, Donald Trump, que activó de inmediato todas las alertas en los mercados financieros. Los mecanismos habituales se pusieron en marcha. Los inversores se refugiaron en los activos más seguros, y uno de esos destinos fue la deuda pública estadounidense. Las compras de bonos del Tesoro americano reflejaban el temor que se estaba imponiendo inicialmente en las bolsas, donde la tónica eran fuertes pérdidas en los futuros de los principales índices de Wall Street.

Pero lo que para los inversores se consideró en principio como uno de los grandes refugios fue uno de los activos que causó ayer mayores pérdidas. Y es que el comportamiento entre la bolsa y la renta fija se correlacionó a la perfección... a la inversa. La rentabilidad del bono estadounidense llegó a reducirse (baja cuando el precio sube por las compras) del 1,85 al 1,71% cuando los futuros del S&P 500 se desplomaron, para más tarde dispararse por encima del 2% (por las ventas), poco después de que en las bolsas se instalase la calma. Estos bruscos movimientos se tradujeron en ganancias iniciales del 1,3% que se transformaron en pérdidas de hasta el 2,8% desde un extremo al otro.

Las ventas se centraron, sobre todo, en los bonos a largo plazo. Responde a una lógica: "las propuestas de Trump contemplan un fuerte incremento del gasto público y recortes de impuestos", explica Mitul Patel, responsable del área de Tipos de Interés de Henderson, lo que, según señala un informe de Goldman Sachs, "podría empujar la relación entre la deuda y el producto interno bruto por encima del cien por cien". ¿Y eso qué implica? Que "el endeudamiento del Estado probablemente suba a medio plazo y eso suele traducirse en una elevación de la curva", como recuerda Jim Leaviss, responsable del área de Renta Fija Minorista de M&G. El experto añade otra vertiente importante: "Conviene recordar que en el mercado de bonos estadounidenses tienen gran peso los inversores extranjeros, como China, país contra el que Trump ha realizado comentarios hostiles". Y es el que la mitad de los bonos del Tesoro de EEUU está en manos de inversores extranjeros (China posee el 19% y Japón, el 18%). Estos dos países, en concreto, ya acumulan nueve meses vendiendo bonos.

Pendiente del alza de tipos

La victoria de Trump podría traer consigo un contratiempo que el mercado no descarta: un retraso en la subida de los tipos de interés en EEUU. Y la deuda es uno de los activos más dependientes de este movimiento. Ante la expectativa de que la Reserva Federal pueda no dar el paso en la próxima reunión de diciembre la rentabilidad del bono debería haberse reducido. Sin embargo, desde Fidelity consideran que el mercado acabará descontando "una postura más favorable a las subidas de tipos, aunque solo sea en respuesta a la fuerte dosis de estímulos presupuestarios que el nuevo Gobierno va a administrar", por lo que creen que "no es una buena coyuntura para unos bonos del Tesoro de EEUU, que probablemente sufrirán presiones".

Ventas también en deuda europea

Si los inversores se decantaron primero por acudir al bono de EEUU como activo refugio, también la deuda europea, especialmente la alemana, atrajo capital ante el miedo generalizado en mercado. Pero la situación fue la misma: cuando las bolsas se dieron la vuelta para acabar en algunos casos en positivo, las ventas llegaron a los bonos. La rentabilidad de la deuda alemana a 10 años subió del 0,188 al 0,203%, tras llegar al 0,92%. En el caso de su homólogo español, la rentabilidad repuntó del 1,254 al 1,277%.

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