
Las empresas aceleran de nuevo las emisiones de deuda, conscientes de que la financiación barata no durará siempre. Tras la vuelta del verano, muchas compañías españolas están aprovechando que los inversores todavía están dispuestos a pagar tipos muy bajos por prestarles dinero.
Ayer fue Telefónica la que que regresó a mercado para captar 2.000 millones de euros. Con esta colocación, las compañías españolas ya han emitido más de 19.300 millones de euros en lo que va de año, un 38% más que en el mismo periodo de 2015, según los datos recogidos por Bloomberg.
Esta cifra supera incluso en un 20% a lo que las empresas captaron a lo largo de todo 2015, cuando levantaron poco más de 16.100 millones de euros (ver gráfico). Este año se convertirá así en el primero desde 2013 en el que aumentará el volumen total emitido por compañías españolas, incluyendo toda la deuda colocada por empresas no financieras ya sea con grado de inversión o la calificada como high yield (alta rentabilidad).
No es de extrañar al coincidir con un escenario inédito. El Banco Central Europeo (BCE) anunció en marzo que en su programa de compras de deuda (QE, por sus siglas en inglés) incluiría por primera vez a los bonos emitidos por compañías, es decir, que la institución europea ha asumido este año un papel de comprador nunca visto antes en este mercado. No es coincidencia que a partir de ese momento resurgiesen las operaciones.
Después de un primer trimestre sin emisiones en el mercado español, y pese a que las compras de deuda corporativa no comenzaron hasta el mes de junio, solo el anuncio de Mario Draghi, presidente del BCE, sirvió para animar a las compañías. Fue en abril cuando hasta siete firmas salieron a emitir. "Es la única razón por la que asistimos a un incremento de volúmenes, ya que no existe una necesidad financiera como tal por parte de las empresas", explica Fernando García, co director del departamento mercado de capitales de Société Générale en Iberia.
El pistoletazo lo dio Telefónica el día 6 de ese mes, con una macroemisión de bonos a 6 y 10 años con los que consiguió 2.750 millones. La operadora es, de hecho, la compañía española que más dinero ha captado a través de emisiones este año, al lograr 5.750 millones de euros, según datos calculados por Bloomberg. Le siguen Iberdrola, Abertis, Ferrovial, Gas Natural y Merlin Properties.
La mayoría de ellas son viejas conocidas, empresas que recurren de forma habitual a las colocaciones de deuda para captar financiación, salvo Merlin, que ha dado el salto a este mercado en 2016. Pero también ha habido otras firmas que llevaban varios ejercicios sin emitir. Es el caso de Dia, que hasta ahora solo había lanzado bonos en una ocasión, en 2014.
Récord de financiación
"Pensamos que las emisiones seguirán aprovechando los bajos tipos y, sobre todo, alargando los vencimientos", apunta Pablo González, consejero delegado de Ábaco Capital.. Como sucedió ayer con Telefónica, que consiguió batir su propia plusmarca en el plazo de 15 años al pagar un cupón del 1,93%, inferior al desembolsado hace dos años, cuando pagó un 2,932% por una emisión similar, otras españolas también han logrado dibujar sus propios récords este año.
La primera de ellas fue Red Eléctrica en abril. Entonces colocó 300 millones de euros en bonos a 10 años, por los que entregó un cupón del 1%. Batió su propia marca, la que tenía registrada gracias a una emisión lanzada un año atrás, en abril de 2015, cuando pagó un 1,125%.
Tras ella vinieron los récord de Ferrovial y Amadeus. La compañía presidida por Rafael del Pino arrebató a Telefónica el hito de financiarse más barata en el plazo de 6 años, al ofrecer un cupón del 0,375% frente al peaje del 1,477% que la teleco asumió en septiembre del año pasado. En el caso de Amadeus colocó en septiembre 500 millones de euros en bonos a 4 años al 0,125%, un plazo en el que, hasta ahora, no existían referencias en el mercado español.
Fin de las compras
El BCE fue el que reanimó las emisiones de deuda, pero también es quien puede frenarlas. Y es que en mercado ya ha aparecido el concepto de tapering en Europa, es decir, la idea de que la institución puede retirar paulatinamente sus compras de deuda mensuales antes de marzo de 2017. "Pese a que estamos ante un rumor, con toda la indefinición que comporta, no es el primero en este sentido, y apunta en una dirección lógica aunque no parece que inmediata de salida del programa QE", señala un informe de Andbank. El poder del BCE en este mercado es, además, mayor que en el de deuda pública, ya que el tamaño de este último es muy superior al de corporativa.
De hecho, en opinión de González, de Ábaco, que veamos nuevos mínimos en este activo obedecerá, en buena parte, del BCE: "Dependerá de hasta qué punto alarga o no su programa y también de si lo rediseña para comprar más deuda de países periféricos. Si lo hace puede hacer que veamos más mínimos".