
La posible retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE) -destapada el martes en Bloomberg al cierre del mercado europeo- provocó ayer ansiedad en el mercado de renta fija. Aunque aún no hay nada oficial, la reacción de los inversores demuestra que no estaban preparados para que empezara a discutirse una retirada paulatina, de ahí las ventas de deuda en toda Europa, que provocaron pérdidas medias del 0,5%.
Con ello, la rentabilidad del bono español a una década escaló hasta el 1,03%, lo que generó minusvalías del 0,51% en una sesión a los que ya poseían papel español (al revés que en bolsa, una caída del precio provoca un incremento de su rentabilidad). Aún mayores fueron las pérdidas que ocasionaron los bonos francés y luso, del 0,6% en la jornada de ayer; y en menor proporción fueron las ventas del italiano y alemán, que arrojaron minusvalías del 0,4%.
De hecho, al cierre en Europa, el rendimiento del papel germano a una década se quedó en el 0% (en el -0,005%). Lo que quiere decir que los inversores están a punto de dejar de pagar por invertir en la deuda de referencia alemana para volver a ganar dinero por depositar en ella sus ahorros.
Así, en las dos útimas sesiones la deuda del Viejo Continente ha provocado pérdidas que prácticamente rozan el 1% en Europa. Algo elevadas si se tiene en cuenta que su inversor suele tener un perfil conservador y los movimientos se caracterizan por ser menos bruscos que en la bolsa.
El mercado está 'enganchado'
Gestores y analistas llevan meses alertando de que la renta fija ya no es un activo seguro a estos niveles. Y que en un mercado dominado por la actuación de la máxima autoridad monetaria cualquier retirada de los estímulos podría provocar un terremoto.
No obstante, el Quantitive Easing ha prolongado su rally en los mercados hasta ahora. Un tirón que ha provocado ganancias medias del 5% en el año en los fondos de inversión con exposición a deuda gubernamental o corporativa en euros. Unas ganancias bastante elevadas teniendo en cuenta que durante todo el año pasado solo rentaron un 0,7%, de media.
Con este atractivo, mejorado por la alta volatilidad de las bolsas, no es de extrañar que los inversores hayan buscado ahí su cobijo. Ahora, la mera posibilidad de que en un futuro el organismo comience a desmantelar su programa de compras de deuda ha generado pavor en los mercados (también ocurrió tras el tapering en Estados Unidos -ver información inferior-). Sobre todo, porque los mercados no contemplaban entre sus planes cercanos que Mario Draghi, presidente del organismo, efectuara ningún tijeretazo en el plan.