A pesar de que sus retribuciones han han caído, aún baten con creces a la inflación y son valiosos para ciertas situaciones. En periodos de tipos de interés bajos como el actual permiten anclar la rentabilidad y además son apropiados para rentabilizar la liquidez de una cartera de inversión.
El depósito es uno de los productos de ahorro más sencillos que existen. No solo dan seguridad poreso de que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) respalda hasta 100.000 euros en caso de que el banco elegido para formalizarel depósito quiebre, sino que además el cliente conoce de antemano cuál es la rentabilidad que va a ganara cambio de que su ahorro quede retenido durante el tiempo que estipule el producto. Con esa simple fórmula hubo un tiempo en el que España fue uno de los pocos países de Europa en el que el ahorrador podía obtener intereses de hasta el 5 por ciento sin asumir nada de riesgo, lo que ha provocado que el 46,6 por ciento del ahorro financiero de las familias españolas esté en ese vehículo de inversión (2013) frente al 33,1 por ciento de Europa (2012), según Inverco. Pero sus intereses se han ido normalizando en los últimos años y su atractivo es cada vez menor. Dan un 1,21 por ciento de media, lo que no quita que sigan siendo útiles para determinadas ocasiones en entornos como el actual. Sobre todo ahora también, que los planes de Ahorro 5 podrán adoptarforma de depósito (estructurado o no) a cinco años.
Protegerse en entorno de bajos tipos de interés: si se considera un ahorrador conservador, entonces no querrá oír hablar de bolsa, aunque es el activo más rentable este año. Y de renta fija, con peros. A pesar de su nombre, la primera lección es que la renta fija no es fija y sus rendimientos oscilan en función del comportamiento que registra en el mercado secundario -donde cotizan los títulos una vez que son emitidos-. Y encima, las rentabilidades que se pueden conseguir ahora a través de ella son cada vez menos atractivas. Precisamente, si lo que quiere es un interés fijo, es decir, que no sufra variaciones a pesarde que los tipos de interés sean cada vezmás bajos, el depósito es útil. "Técnicamente merece la pena invertir en un depósito en periodos de bajadas de tipos, ya que este permite anclarla rentabilidad a tipos más altos que algunos fondos de inversión, como los monetarios, que irán renovando su cartera a intereses cada vez menos elevados, explica Fernando Luque, editor senior de Morningstar. De la misma opinión es Ana Hernández, responsable de CFASocietySpain, que explica que en el fondo de inversión existen pérdidas potenciales de capital siempre que los tipos se muevan y además tienen asociados costes de gestión.
Rentabilizarla liquidezde la cartera: en una cartera en la que se combinan distintos activos de inversión siempre es importante que exista un porcentaje destinado a efectivo, es decir, a dinero que permita hacer frente a imprevistos o que pueda destinarse a nuevas oportunidades de inversión. Sin embargo, tener ocioso ese dinero tampoco es eficiente. La mejoralternativa es destinarlo a productos líquidos, con duraciones cortas, que permitan recuperarla inversión en caso de que sea necesario. Y para eso, una buena alternativa son los depósitos a corto plazo. "El depósito es útil para la parte de la cartera en la que se necesita teneractivos líquidos o cuasi líquidos porque te garantiza que no vas a perder capital y además, con los intereses actuales, aún se le puede sacar una mínima rentabilidad por encima de la inflación", explica Ana Hernández, de CFA. Sobre todo, cuando existen algunos en mercado, como el de Openbank, que además de tener un vencimiento cercano, a cuatro meses vista, ofrecen remuneraciones del 2 por ciento y sin ningún tipo de penalización en caso de rescatar el dinero antes de tiempo -lo único que se queda sin rentabilidad-. Lo que significa que con una inflación en España que crece al 0,2 por ciento, el ahorrador aún puede obtener una rentabilidad real del 1,01 por ciento -es lo que queda después de descontar el coste de la vida-. Es más incluso de lo que se podía ganar con estos productos en los años en que aún ofrecían rentabilidades del 4 por ciento... ¿cómo es posible? Porque entonces una inflación mucho más alta que la actual se comía casi toda la remuneración del cliente.
Para los ahorros que sobran una vez cubiertos los gastos básicos: en el supuesto de que sólo busque ahorrar -no invertir-, el depósito también es útil para el siguiente escalón del dinero que queda tras hacer frente a los pagos habituales -como la cuota de la hipoteca, del coche...-, que por norma general suelen descontarse de la cuenta corriente. Si después de todo eso aún queda dinero para imprevistos, puede que la figura del depósito encaje en el ahorrador conservador, ya que siempre podrá deshacerlo en caso de necesitarlo porque este producto es razonablemente líquido. Así lo explica Santiago Alonso, responsable de productos de invesión de Citi: "El depósito está bien pensado para la parte del dinero que se va a mantener durante un tiempo asumiendo el plazo del depósito. Sin embargo, si lo que se va a haceres renovar una imposición sobre otra, este producto deja de sereficiente desde el punto de vista fiscal y de planificación?.
De la misma opinión es Antonio Salido, director de marketing de Fidelity, que asegura que "con el plazo fijo no se cumple el siguiente objetivo, que es hacer una planificación financiera para defenderel poder adquisitivo a 20-25 años vista. Para eso el depósito ya no es el instrumento más adecuado, para eso es necesario recurrir a otros que permitan haceruna cartera de inversión (como fondos, ETF?s)".