Bolsa, mercados y cotizaciones

Si no quiere riesgo hay que asumir pérdidas

  • Con la renta obtener rendimientos negativos puede ser una solución

Si retrocediésemos nueve meses para volver a principios de año, el mensaje era claro: la deuda pública no puede dar ganancias debido a lo que se había cosechado en años anteriores. Sin embargo, las políticas de los bancos centrales, que han inundado el mercado de liquidez, han provocado que la renta fija haya vivido un nuevo rally.

Ahora bien, todo apunta a que este recorrido tarde o temprano llegará a su fin. De hecho, el bono alemán a 10 años ofrece rentabilidades negativas, mientras que el rendimiento del español se sitúa por debajo del 1% después de que el precio haya subido este año más de un 8% (la deuda se comporta de manera inversa a las acciones).

A ello se une el año en rojo que están protagonizando las bolsas. En el caso del Ibex, muy perjudicado por la penalización del sector bancario, las caídas rondan el 9%. En otros mercados como Alemania, Francia o Italia, las pérdidas son de entre el 6 y el 25%. Una evolución que también ha empujado a los inversores a refugiarse en la renta fija.

En este contexto, la búsqueda de rentabilidades atractivas sin asumir un riesgo elevado ha cobrado una especial relevancia, pero los expertos advierten de que para sostener expectativas de rendimientos positivas es imperativa la diversificación en activos de riesgo. Esta es la principal conclusión del Observatorio "Entorno de rentabilidades esperadas bajas entre los activos tradicionales. ¿Cómo incrementar las expectativas de rentabilidad?", organizado por elEconomista y con la colaboración de Banco Sabadell.

"Ahora las rentabilidades son forzosamente inferiores a las que hemos tenido en los últimos años y el riesgo es superior porque tenemos diferentes elementos como los geopolíticos o las políticas acomodaticias de los bancos centrales que están llevando a una serie de situaciones que se resolverán con volatilidad y más riesgo para el inversor", indica Nuria Trio, directora general adjunta de ventas, marketing y producto de Amundi Iberia.

De hecho, el inversor que hubiese entrado hace dos ejercicios en deuda pública española acumula ganancias del 12%. Sin embargo, según una encuesta de Bloomberg, se espera que el bono español acabe 2016 en el 1,29%, lo que, desde niveles actuales, arrojaría pérdidas del 3,2%. Ante este panorama, la selección de activos se hace imprescindible y una de las oportunidades puede esconderse en los mercados emergentes.

Para Ana Guzmán, responsable en España de Aberdeen Asset Management, "siendo selectivos no sólo puede haber oportunidades, sino que pueden ser incluso más seguras". La experta señala que en un mundo cada vez más globalizado, donde casi el 50% del PIB mundial proviene de los países asiáticos, no tiene sentido de manera estructural tener una cartera realmente diversificada sin contar con un porcentaje determinado en aquellos países donde las mayores dinámicas de crecimiento están viniendo.

Por su parte, María García, responsable de ventas en España de Edmond de Rothschild, cree que "a pesar del rally todavía hay puntos interesantes de entrada dentro de la renta fija. Es el caso de deuda high yield, tanto deuda subordinada financiera como deuda emergente, e igualmente asumiendo un nivel de riesgo diferente. Apostamos por la diversificación, por la gestión activa, flexible y dinámica".

Nuria Trio recuerda que "con tipos superiores al 1 o incluso 2% no hay más que un 15% de las emisiones en todo el universo de renta fija, eso significa que tienes que ser extremadamente selectivo incluso en ese 15%".

No obstante, esta puede no ser una estrategia válida para todo los inversores. Por ello, el primer punto de partida debe ser qué expectativas se tienen: "En la renta fija es muy complicado obtener rentabilidades con poco riesgo. Pero yo soy bastante contrario a lo que todo el mundo dice que es que hay que incrementar el riesgo de las carteras para obtener mayor rentabilidad. Lo primero que hay que hacer es entender bien cuáles son las necesidades o expectativas que tiene un inversor, y cuál es el nivel de volatilidad o de riesgo que es capaz de asumir", explica Gonzalo Rengifo, responsable para Iberia y Latinoamérica de Pictet.

Rentabilidades negativas

La capacidad de un inversor de poder asumir riesgo o no abre posibilidades que quizás hasta ahora no se estaban contemplando, como cosechar rentabilidades negativas. "Los ahorradores, de forma pasajera, pueden tener que afrontar la expectativa de una rentabilidad ligeramente negativa y que eso no sea una mala perspectiva, porque si el inversor no puede asumir riesgos, la renta fija a corto plazo puede ser una alternativa perfectamente válida", arguye Cirus Andreu Cabot, subdirector general y director Asset Management de Banco Sabadell.

Y es que esta opción puede ser interesante debido a que "esos rendimientos son menos negativos que los tipos de interés oficiales". "Si lo viésemos en términos de qué es lo que va a usar la gente, en fondos de inversión vamos a tener todavía un grueso muy importante del patrimonio gestionado en fondos en soluciones de bajo riesgo para las que sabemos que las rentabilidades pueden ser ligeramente negativas de forma pasajera", añade el experto de Banco Sabadell.

A este respecto, Ana Guzmán resalta la importancia de hablar de rentabilidades reales y no nominales. Y para muestra un botón: ganar un 4% cuando la inflación se sitúa en un 3,5% realmente sólo deja ganancias del 0,5%. Ganar un 1% cuando la inflación es del -0,2% realmente supone una rentabilidad real mayor.

Alargar el horizonte temporal

Quizás uno de los puntos en el que todos los expertos coinciden es que el actual entorno de tipos de interés, en mínimos históricos del 0%, se va a alargar en el tiempo. Es más, según el consenso de mercado que recoge Bloomberg, como mínimo hasta septiembre de 2018 no se espera ningún cambio.

Por ello, Gonzalo Reginfo, de Pictet, destaca la importancia de explicarle al inversor la necesidad de ampliar el horizonte temporal: "El inversor tiene un desafío por delante para los próximos tres o cuatro años, donde los tipos van a estar muy bajos, con rentabilidades en su cartera que será un reto llevarlas a niveles razonables y donde hay que entender cuáles son los riesgo que hay que asumir".

Un panorama que apoya Nuria Trio, que incide en la responsabilidad que tiene la industria de inculcarle al inversor que el horizonte de inversión se tiene que alargar. Precisamente, "si los tipos de interés de los bancos centrales están en tipos negativos no podemos estar esperando rentabilidades muy alejadas de esos tipos negativos y eso lleva aparejados unos riesgos que pueden no ser adecuados", añade.

Y es en este punto donde surge la necesidad de un asesoramiento financiero. "La manera de afrontar esta situación es darle al gestor un mandato de gestión del riesgo que permita que la gente que está encima de los mercados con objetivos validados nos permita, tácticamente, llevar una asignación entre las distintas especialidades", resume Cirus Andreu Cabot.

De hecho, una de las críticas de la industria es que el particular no es demasiado proclive a pagar por los servicios financieros. ?Hemos pasado de unos años en lo que parecía que todo era gratis en el sector financiero y todo tiene un coste. Habría que hacer una reflexión sobre si merecería la pena pagar a un nutricionista para hacer una dieta. Es importante cuidar de la salud económica. Si no eres experto en ello es mejor dejarlo en manos de profesionales", reflexiona Ana Guzmán.

A este respecto, Gonzalo Rengido cree que el principal problema que encuentra el cliente en su acercamiento al asesoramiento financiero es que lo percibe como algo demasiado complejo. Por ello, los expertos recuerdan la necesidad de la formación financiera, que debería empezar en la etapa estudiantil. De este modo, el escaso conocimiento que muchos partícipes españoles tienen sobre sus inversiones se refleja en un dato: solo el 34% sabe que existe un equipo profesional detrás de la gestión del producto, mientras que un 47% cree que lo hace el responsable de la entidad o el comercial que le vendió el fondo en su banco, según Inverco.

Por tanto, en un entorno donde encontrar rentabilidades se antoja tan complicado, María García recuerda la necesidad de una gestión activa. "Creemos en la pata de la diversificación y la gestión flexible, muy táctica, lo que no quiere decir que sea muy activa de alta rotación, pero es importante estar cerca de la gestión mucho más de lo que veníamos haciendo anteriormente. Y sobre todo apoyarnos en un asesor especialista que nos ayude a tomar la decisión".

El futuro de las pensiones

La formación financiera, según los expertos, también debe incidir en la concienciación de planificar mejor el ahorro, ya que "el Estado solo podrá dar una renta básica de a lo mejor unos 600 o 700 euros, que es necesario complementar", indica Gonzalo Reginfo. Una de las herramientas para canalizar el ahorro son los fondos de inversión. Cirus Andreu Cabot recomienda al respecto "combinar el plan de pensiones con otros vehículos de ahorro como los fondos de inversión, gracias a su flexibilidad y enorme amplitud de la oferta".

Por su parte, Nuria Trio, de Amundi, explica que "en este mundo en que los ahorradores tienen que plantearse ser inversores tienen que ir acompañados de largas dosis de paciencia, ampliar plazos y no contratar depósitos, como antes, a solo unos meses".

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