
Los analistas empiezan a mirar hacia Europa. Con Wall Street ya retrocediendo desde sus máximos históricos (aunque todavía en cotas elevadas), la bolsa europea bate a su homóloga estadounidense en los últimos dos meses. El S&P 500 está prácticamente plano desde el pasado 1 de agosto, mientras que el Stoxx 600 avanza un 1,6%. En el año, EEUU gana, con mucho, la batalla (sube cerca de un 6%, mientras el Viejo Continente sigue en pérdidas), pero en los últimos meses la tendencia parece estar revirtiéndose.
"No es que hayamos desviado ahora la mirada hacia Europa; en realidad, llevamos tiempo mirando hacia ella, pero el mercado no nos ha dado la razón", señala Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, que añade: "Los múltiplos europeos son más baratos que los de EEUU".
El PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) del Stoxx 600 es de 14,8 veces, lo que supone que está un 11% más barato que el S&P 500, que cotiza en 16,7 veces. La ratio a la que cotiza el EuroStoxx 50, de 13,2 veces, también es más barata que la del Dow Jones, de 15,6 veces.
Más allá de la favorable valoración de sus bolsas, Europa cuenta con el impulso de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Mientras que lo previsible es que la institución extienda su QE más allá de marzo de 2017, el banco central de Estados Unidos se dispone a retirar, paulatinamente, los estímulos. El mercado da un 56% de probabilidades a que suba tipos en diciembre. "No es que el mercado americano vaya a caer, pero la subida está más agotada en Wall Street que en Europa", remata Natalia Aguirre.
El apoyo de los gestores
La última encuesta mensual de Bank of America Merril Lynch, publicada a mediados de este mes, también muestra que los gestores quieren más bolsa de la eurozona y que han perdido la confianza en Wall Street. El porcentaje neto de profesionales que sobrepondera las cotizadas de la zona del euro ascendió del 1% al 5% en un mes, mientras que los valores estadounidenses se dieron la vuelta: si en agosto un 11% de los gestores los sobreponderaba, ahora un 7% los infrapondera.
En realidad, a lo largo de los dos últimos años la bolsa europea ha contado, de forma casi ininterrumpida, con el favor de estos profesionales, al contrario que la estadounidense, infraponderada en las carteras desde 2015.
"El comportamiento positivo de la bolsa europea emana fundamentalmente de un menor miedo a las consecuencias del Brexit", explica Rosa Duce, responsable del centro de inversiones de Deutsche Bank España. "En contra de lo esperado, apenas ha tenido implicaciones en los datos económicos, ni en Europa ni en Reino Unido. Además, se ha mitigado el miedo a los bancos italianos, tras el plan de recapitalización del italiano Monte dei Paschi", explica. Sin embargo, Duce advierte que, aunque los riesgos no se hayan materializado, "siguen existiendo, de ahí que sigamos viendo a este mercado con prudencia".
Entre los factores que presionan a la renta variable norteamericana están las presidenciales del 8 de noviembre, unos comicios de cara a los cuales el candidato republicano, Donald Trump, está recortando distancias con su rival demócrata, Hillary Clinton. A día de hoy, según la media de las últimas encuestas, calculada por el portal Real Clear Politics, Clinton le aventaja en tres puntos.
Además, la semana pasada los analistas de Citi incrementaron hasta el 40% las probabilidades de que el republicano consiga hacerse con la Casa Blanca. "Clinton sufre de una falta de entusiasmo que puede notarse el 8 de noviembre", alertaron tras reducir sus previsiones de una victoria demócrata del 65% al 60%.
Más 'compras' en EEUU
Los PER -ratio que permite detectar qué bolsas están caras y cuáles baratas- no dejan lugar a dudas. Sin embargo, las recomendaciones de los analistas todavía son más favorables a las cotizadas de Wall Street que a sus homólogas europeas.
El 41% de los integrantes del S&P 500 recibe una recomendación de compra, dato que desciende hasta el 28% en el caso del Stoxx 600. Algo lógico, en opinión de Estefanía Ponte, directora de análisis de BNP Paribas Personal Investors, que señala que, a diferencia de Europa, EEUU cuenta con un crecimiento empresarial ya consolidado, mientras que el Viejo Continente está lastrado por la situación del sector financiero, al que afecta el escenario de tipos.
"A nivel de valoración sí hay un gap importante entre ambos mercados", comenta Antonio Salido, de Fidelity. El S&P 500 cotiza ampliamente por encima de su media histórica [un 18% más caro], mientras Europa está sólo ligeramente por encima de su promedio de las últimas décadas, señala.
Salido, sin embargo, es cauto: "La macroeconomía de EEUU está comportándose de forma positiva, el desempleo está en el 4,9%, la inflación bastante contenida, el consumo se está reactivando...". Compara este escenario con el europeo, con una confianza del consumidor en horas bajas. "Es evidente que el inversor, sobre todo el institucional, está pagando una prima por certidumbre", enfatiza.