Bolsa, mercados y cotizaciones

Así cotiza el asalto a la Casa Blanca: incidencia en el mercado de una victoria de Clinton o de Trump

El triunfo de Clinton impulsaría al dólar y el interés del bono americano y perjudicaría a bancos, petroleras y farmacéuticas. Una victoria de Trump animaría a sectores como los de energía, defensa e infraestructuras; crearía incertidumbre en la política monetaria a corto plazo y penalizaría a firmas con dependencia del comercio global y automovilísticas.

Con Clinton

Su victoria impulsará al dólar y el interés del bono americano. En bolsa, el sector de defensa, renovables e infraestructuras saldrían reforzado. Perjudicaría a los bancos, petroleras y farmacéutica.

A poco más de siete semanas para que los estadounidenses acudan a las urnas, los inversores hacen sus cábalas sobre las implicaciones que un triunfo de la candidata demócrata, Hillary Clinton, tendría para sus carteras. Con una estrecha ventaja a sus espaldas, la posible hegemonía de la que fuera exsecretaria de Estado consagraría la agenda ya implantada por el actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama.

Una pauta precedida por la creación de 15,1 millones de empleos desde comienzos de 2010 y la suma de 1.463 puntos al S&P 500 tras los mínimos alcanzados en marzo de 2009. Cifras respaldadas por la panacea monetaria, que ha engrosado el balance de la Reserva Federal hasta los 4,5 billones de dólares, tras tres rondas masivas de compras de activos y de la que sentimos cierta resaca. La economía estadounidense sólo ha crecido un 1 por ciento en la primera mitad del año mientras Janet Yellen y los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) sólo han podido subir tipos en una ocasión tras casi siete años moviéndose en el umbral del 0 y el 0,25 por ciento.

"El escenario con más probabilidades de materializarse sugiere una victoria de Clinton acompañada de un Capitolio dividido, donde los republicanos controlarán la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado", explica Ralph Axel, estratega de Bank of America Merrill Lynch. Debemos tener en cuenta que el 8 de noviembre no sólo se votará al próximo mandatario estadounidense sino también a los 435 congresistas de la Cámara Baja y 34 de los 100 escaños que forman la Cámara Alta. "Un triunfo de Clinton independientemente de la composición del Capitolio permitiría a la Fed continuar con su actual política, que depende del contexto económico, para seguir encareciendo el precio del dinero", añade este experto.

La proclamación de Clinton como presidenta de EEUU corregiría la prima acumulada por la incertidumbre política en la deuda soberana. Su administración no promete poner presión sobre el banco central, por lo que la Fed podría continuar con su hoja de ruta que apunta a subidas graduales de 25 puntos básicos. "Este contexto resultaría en una curva neutra o ligeramente más pronunciada" reconoce Axel al referirse al bono del Tesoro a 10 años.

Una situación que sólo se vería alterada en el caso de que una victoria demócrata tanto en la Casa Blanca como en ambas Cámaras del Capitolio diera rienda suelta a una mayor expansión fiscal y un endurecimiento regulatorio. "Esperamos que el dólar suba si la demócrata gana las elecciones, especialmente contra el euro y el yen", indica Axel justificando que, a medida que la incertidumbre desaparece, el mercado volverá a centrar su atención en la divergencia de los bancos centrales.

Tim Cooper, economista global de BMI Research, coincide en señalar que "los mercados descuentan ya una administración Clinton con un Congreso dividido" aunque intuye que "la independencia política de la Fed podría verse debilitada bajo una presidencia demócrata". Con una agenda donde la presidenta lograría implantar un estímulo fiscal moderado y una inversión en infraestructura de 275.000 millones de dólares en cinco años, "los valores relacionados con materiales de construcción así como constructoras y empresas de maquinaria pesada se verán beneficiados", manifiesta Burt White, de LPL Financial.

Sin embargo, el sector financiero no correrá la misma suerte. "Clinton quiere proponer una tarifa a los bancos según su tamaño y los riesgos que implican para el sistema", clarifica White, quien tampoco augura buenos tiempos para las petroleras. "La demócrata busca reducir en un tercio el consumo de petróleo fomentando las energías limpias y renovables", añade. Michelle Karavias, de BMI Research, asegura que "las compañías eólicas y solares serán las ganadoras de una victoria de Clinton". Desde Point View, David G. Dietze se fija en compañías como Lockheed Martin o Northrup Grumman. "Clinton ha estado más predispuesta a tomar medidas militares que Obama, de ahí que el sector aerospacial o el de defensa puedan ser opciones obvias". Otro sector a tener en cuenta es el farmacéutico. Clinton ya ha arremetido contra los altos precios de medicamentos y si llegase a implantar algún plan de ataque contra estas, la industria sufriría.

Con Trump

Con el triunfo de Trump, algunos de los sectores que se verán animados serán el de energía, defensa e infraestructura."Su victoria crearía incertidumbre en la política monetaria a corto plazo". Las compañías con dependencia del comercio global y automovilísticas se verían penalizadas.

El pasado jueves, durante su intervención en el Club Económico de Nueva York, el candidato republicano, Donald Trump, volvió a hundir el dedo en la llaga al considerar que la Reserva Federal "está muy politizada? más de lo que jamás había imaginado". Declaraciones que días antes el multimillonario aderezó durante una entrevista con la CNBC donde aseguró Janet Yellen, presidenta del banco central estadounidense, debería estar "avergonzada".

Evidentemente, si el empresario logra hacerse con la Casa Blanca el próximo noviembre, la normalización monetaria a este lado del Atlántico promete sufrir cambios. "Una victoria del republicano resultaría en una mayor incertidumbre sobre la política monetaria a corto plazo, independientemente de qué partido controlase ambas Cámaras en el Congreso", avisa Ralph Axel, estratega de Bank of America Merrill Lynch, quien equipara un triunfo de Trump al Brexit. "Este escenario fomentaría una aversión al riesgo y justificaría que la Fed presionase el botón de pausa para asesorar el impacto", explica.

Bajo estas circunstancias, esta huida se dejaría notar en la rentabilidad del bono americano y el dólar, que se debilitaría especialmente contra divisas refugio como el yen. Sin embargo, esta evolución dependerá de qué partido se haga con las riendas del Capitolio. "Si los republicanos ganan la presidencia y ambas Cámaras estaríamos ante el mayor giro político en Washington de las últimas décadas", estima Tim Cooper, economista global de BMI Research. "Habría margen para rebajar impuestos, expandir la inversión en infraestructura, relajar la regulación financiera y restringir la inmigración", añade.

Trump busca invertir hasta 500.000 millones de dólares en un plan de infraestructuras durante los próximos cinco años y el pasado jueves prometía la creación de 25 millones de empleos en la próxima década además de una rebaja fiscal por valor de 4,4 billones en el mismo periodo. Números que algunos economistas miran con incredulidad, pero que el mercado no pasa por alto. "Un barrido republicano podría provocar un giro a medio plazo en los rendimientos y el dólar a medida que las políticas positivas para el crecimiento positivo y la disminución de la regulación comienzan a imponerse en los primeros meses de 2017", estiman en Bank of America Merrill Lynch.

Para los analistas de Sanford C. Bernstein & Co, Cemex se beneficiaría directamente de las intenciones del candidato republicano de construir un controvertido muro con México. Un polémico proyecto que llegaría acompañado de reformas y renovaciones de carreteras, puentes y otras obras públicas que impulsarían compañías como Chicago Bridge & Iron. No sólo las infraestructuras se verían potenciadas bajo una administración Trump sino también las petroleras. "El republicano apuesta por la reducción de las regulaciones sobre la perforación, aprobar el oleoducto Keystone XL y nombrar a Harold Hamm, uno de los pioneros de la revolución del esquisto y fundador de Continental Resources, como asesor económico", recuerda Burt White, director de inversiones de LPL Financial. La firma de análisis Cornerstone Macro también incluye valores de defensa como Lockheed y Northrop en la cartera diseñada ante un posible triunfo de Trump.

Desde Oxford Economics, donde auguran que una victoria de Trump le costará a la economía de EEUU alrededor de un billón de dólares, Kathy Bostjancic, estima que valores y compañías que dependan del comercio global pueden sufrir bajo una presidencia de Trump, dada la potencial renegociación e incluso cancelación de algunos de los acuerdos comerciales instaurados hasta la fecha. Minoristas como Wal-Mart, Best Buy o Apple podrían verse afectadas. De hecho, el empresario ha insistido en que la de Cupertino "debería fabricar el iPhone 7 en EEUU".

Esta dinámica también afectaría de lleno a la industria automovilística, especialmente en un momento en que Ford ha trasladado la producción de sus vehículos de menor tamaño a México. Otras compañías con problemas serían las que realizan transferencias de dinero, como Moneygram International o Western Union mientras que la posible deportación de indocumentados y menores niveles de inmigración pueden afectar a constructoras y compañías inmobiliarias.

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