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La Fed atisba diciembre como el momento idóneo para su próxima subida de tipos

El martes daba comienzo en Washington la última reunión de política monetario del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés). Un encuentro que llega marcado el renovado optimismo que brindan los datos domésticos pero sin quitar la vista a los riesgos internacionales, como la resaca del Brexit, tensiones geopolíticas o la tímida demanda global. Un contexto que invitará a la presidenta del banco central estadounidense, Janet Yellen, a seguir manteniendo la calma antes de telegrafiar su próxima subida de tipos.

"Las autoridades monetarias estadounidenses mantendrán su cautela", estima Josh Feinman, economista jefe de Deutsche Asset Management. "Todavía tienen que asegurarse que las repercusiones financieras relativos al referéndum británico están contenidos, el mercado laboral sigue sanando, el gasto mantiene su trayectoria de crecimiento y las previsiones de inflación se estabilizan", añade.

Es cierto que las expectativas de que el FOMC vaya a mover ficha al término de su reunión de hoy son casi nulas, con el 97,6% del mercado esperando que las tasas seguirán ancladas entre el 0,25% y el 0,50% como llevan desde mediados de diciembre. Sin embargo, tras observarse que eventos como el Brexit no han descarrilado a los mercados financieros y que los datos de empleo mejoraron en junio, con una creación de 287.000 empleos, las perspectivas del mercado han comenzado a cambiar.

Hace algunas semanas, los operadores retrasaban hasta 2018 la próxima subida de tipos, un hecho que puso de manifiesto la distorsión entre los inversores y los propios funcionarios del banco central, pese a que algunos miembros del FOMC, como James Bullard, presidente de la Fed de San Luís, alimentó el sentimiento a la baja en lo que al encarecimiento del dinero se refiere. Sin embargo, con un sector inmobiliario que ha registrado su mejor trimestre de ventas de casas nuevas desde 2008 y un dólar que vuelve a situarse en máximos de los últimos 4 meses, es difícil no atisbar una vuelta de tuerca monetaria en el horizonte. Algo que no llegará el 21 Septiembre o el 2 de noviembre sino a finales de año, cuando se conozca ya el resultado de las elecciones presidenciales en EEUU.

En estos momentos, según el indicador FedWatch que elabora la Bolsa Mercantil de Chicago (CME, por sus siglas en inglés), el mercado descuenta ya una subida de tipos en la reunión del 14 de diciembre, con un 41,7% de los operadores situando las tasas entre el 0,50% y el 0,75% y otro 9,5% ya observando los tipos entre el 0,75% y el 1%. "La Reserva Federal probablemente quiera ver los tipos algo más altos para ganar algo de margen", reconoce Paul Quinsee, estratega de J.P. Morgan Asset Management. "No creo que la renta variable estadounidense se vaya a ver muy afectada ante las perspectivas de una subida, de hecho podría llegar a solidificar su confianza", estima al mismo tiempo que reitera que la Fed está tratando de ser "lo más acomodativa posible".

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