Las sendas convenciones de los partidos demócrata y republicano en Estados Unidos se perfilan como pequeños estímulos económicos en las ciudades donde se celebran. La semana pasada, Cleveland acogió la coronación de Donald Trump como el candidato republicano a la Casa Blanca, una retahíla de eventos, discursos y demás variedades que ha llegado a inyectar directamente hasta 200 millones de dólares en gasto directo en la urbe y sus alrededores. El campo demócrata, que actualmente celebra su semana grande para nominar a Hillary Clinton a la presidencia del país estima que el impulso económico para Filadelfia podría llegar a alcanzar los 350 millones de dólares.
Cifras espectaculares, para algunos demasiado optimistas, que calientan motores ante la ardua campaña de los próximos meses, donde Donald Trump y Mike Pence plantarán cara a Hillary Clinton y Tim Kaine. A la espera de lo que ocurra el próximo 8 de noviembre, la circense e intensa cobertura mediática de las convenciones también reanima la popularidad de los candidatos. Si no que se lo digan a Trump, que en estos momentos adelanta a Clinto en cinco de las siete encuestas publicadas desde el pasado 18 de julio. Según el portal RealClear Politics, que suele realizar una media de todos los sondeos, el republicano cuenta con 9 décimas de ventaja sobre la demócrata a nivel nacional.
Pero, ¿tienen las convenciones algún efecto en la bolsa americana?. Parece que sí. El almanaque de la renta variable estadounidense indica que tradicionalmente Wall Street ha apoyado al partido republicano, que suele favorecer a las empresas y las inversiones. Durante las 18 convenciones republicanas celebradas desde 1948, incluyendo la de la semana pasada, el S&P 500 ha registrado subidas en un 67% de las ocasiones. Por su parte, la reacción del indicador a las convenciones demócratas ha acumulado subidas en un 47% de las veces.
"La historia señala que durante esta semana existe un alto número de probabilidad de sufrir una caída en los precios de la renta variable", estima Sam Stovall, analista jefe de S&P Global Marktet Intelligence, quien espera que la tendencia alcista regrese durante la primera semana de agosto.

Hasta la fecha, las declaraciones de Trump en materia económica se han quedado cortas en en detalles y para muchos expertos son inconsistentes. "Trump se presenta como un negociador pero en muchos casos sus posiciones buscan la confrontación en lugar de centrarse en programas de política económica que puedan implementarse en su totalidad", señala Lewis Alexander, economista de Nomura en Nueva York.
El candidato republicano ha incidido desde el comienzo de su campaña en la inmigración y el comercio como los temas clave de su candidatura asegurando que las políticas actuales en ambos campos reducen los salarios y las oportunidades de crear empleos entre la clase obrera y la clase media de EEUU mientras otros países se benefician de estos menesteres.
Clinton, cuya posición en lo que ha tratados de libre comercio, como el de Asia Pacífico, ha virado dadas las circunstancias, busca poner en evidencia a Trump criticando sus confrontaciones con socios comerciales de EEUU sino otros planes del republicano como su insinuación de querer renegociar la deuda del país. "En el caso de una victoria de Trump, el mercado se verá obligado a replantear las inversiones con exposición a México, Canadá, China y otros países con los que EEUU cuenta tratados de libre comercio", reconoce Alexander, quien estima que las probabilidades del empresario para ocupar la Casa Blanca "han crecido".
En materia fiscal, Trump ha diseñado un ambicioso plan para rebajar los impuestos y ha sugerido un incremento del gasto en infraestructuras, veteranos y defensa. También incide en la necesidad de reducir el déficit y la deuda del país sin embargo los estudios realizados sobre sus políticas tributarias indican que estas incrementarían el déficit hasta los 10 billones de dólares durante la próxima década. En política monetaria, Trump ha dejado claro que no apoyaría que Janet Yellen termine su periplo como presidenta de la Reserva Federal hasta febrero de 2018 dado que comulga con los demócratas.
Desde Citi consideran que Clinton aboga por el libre comercio, siempre y cuando no perjudique a las empresas patrias, las manufacturas estadounidenses y sus empleados. Aún así, la demócrata es considerada una defensora del capitalismo, pese a que Sanders la ha obligado a virar hacia la izquierda durante las primarias. Es por ello que protegerá a los pequeños inversores e intentará reforzar la financiación a las PYMES. Sin embargo, la demócrata ha amenazado con castigar a las empresas y multinacionales que dañan la competitividad en EEUU, así como las que evaden impuestos.