
Con el pago de 75 céntimos por acción, la rentabilidad del dividendo de Telefónica -del 8,5 %- es la más altas de todo el Ibex. Desde hace meses los analistas y el mercado han puesto en duda la idoneidad de una retribución tan elevada. Creen que, en la situación actual, la compañía debería llevar a cabo un recorte del dividendo. Una de las opciones que está en el punto de mira del mercado sería eliminar el scrip. Sin embargo, emprender ese camino tendría un recorrido muy corto para la teleco.
Con la aceptación de los últimos dos pagos en papelitos, eliminar el dividendo en acciones ahorraría a Telefónica solo 312 millones de euros al año, una cantidad similar a la que recibió la compañía por vender el 1,5% de China Unicom. Del mismo modo, el payout solo se reduciría en 10 puntos (del 74 al 64%) y aún necesitaría 2 de cada 3 euros que gana para poder pagar a sus accionistas. La teleco había supeditado que la retribución con cargo a este ejercicio fuese completamente en efectivo a que se completase la venta de su filial en Reino Unido O2 a Hutchison.
De la operación en Reino Unido no solo dependía el pago de toda su retribución en efectivo -algo que ahora parece imposible, ya que con las previsiones actuales el payout de 2016 se iría hasta el 120 %-, sino también la reducción de su elevado endeudamiento. Telefónica se había fijado como meta reducir su apalancamiento hasta las 2,35 veces. Un objetivo que parece lejano, más aún teniendo en cuenta que la compañía ha tenido que paralizar oficiosamente la colocación de Telxius en el mercado por la complicada situación que se desató en los mercados después del Brexit.
De acuerdo con los cálculos de Morgan Stanley, la ratio deuda/ebitda de Telefónica se situaría a cierre de 2016 en las 3,7 veces si el negocio en Reino Unido no se coloca y en las 3,3 veces al finalizar 2017. Sin que el mercado descarte una ampliación de capital, los analistas coinciden en resaltar que la firma tiene múltiples opciones para mejorar su situación financiera. "El problema de endeudamiento podría ser solucionado de manera orgánica aún sin vender O2, mediante colocaciones de pequeños activos no centrales y un dividendo más bajo en efectivo", señalan desde Citi. Aún así, en Fitch advierten que la venta de activos "podría ser difícil de ejecutar a corto plazo si la compañía quiere optimizar el valor de sus desinversiones".
Una decisión lógica
Y es que el pago de 40 céntimos por acción en efectivo se come anualmente 1.990 millones de euros, por lo que una reducción de este a la mitad ahorraría casi 2.000 millones a la teleco en solo dos años, si bien es una opción que parece complicada teniendo en cuenta que durante los últimos años la retribución al accionista ha sido uno de los pilares de la estrategia de la compañía y es lo que ha salvado la etapa de César Alierta al frente de la grupo -la acción se desplomó en esa época un 47%, pero la retribución permitió al inversor lograr un escuálido 5% de rentabilidad-.
Algunos expertos consideran que un recorte del dividendo que dejase la retribución más en línea con el resto del sector. Telefónica ofrece un rendimiento del 8,5%, frente al 5,5% que dan de media las grandes telecos.
"Concluimos que Telefónica puede mantener su rating y su política de dividendos, lo que no quiere decir que este sea la forma correcta de proceder", señalan desde Barclays, donde consideran que "mantener la retribución reduciría la flexibilidad estratégica que podría necesitarse" para conservar su segunda posición en el mercado mexicano.
Por su parte, José Lizán, gestor de Auriga, cree que el mercado no recibiría mal una decisión de cercenar la retribución: "Pienso que en el mercado se produciría un movimiento muy similar al que hubo en RWE o en Repsol. Al principio habría algo de miedo, pero luego se recogería bien, ya que es algo que está interiorizado". De hecho, el mercado de futuros descuenta que con cargo a 2017 la teleco retribuiría a sus accionistas con 50 céntimos, lo que implicaría un rendimiento del 5,7%.
En su último informe sobre la compañía, desde Sabadell señalan: "Creemos que debería reducir su dividendo a partir de 2016 a niveles más normalizados de rentabilidad frente a la media del sector". Así, para 2017 esperan una retribución de 0,6 euros por acción -lo que ofrecería un 6,8 %-, si bien no descartan "recortes adicionales en caso de mantener un apalancamiento por encima del nivel objetivo".
Mientras, en Bankinter indican que "con el desenlace [el veto a la venta de O2], se dificulta de manera significativa el mantenimiento en los próximos ejercicios del dividendo en este nivel".