
El matrimonio entre la bolsa británica y la alemana está más cerca de producirse. Al menos una de las partes ya ha dado el sí quiero. Y es que ayer los accionistas de London Stock Exchange aprobaron con casi un 99,9% el acuerdo con Deutsche Boerse. Eso sí, los accionistas de la gestora alemana aún no se han pronunciado. Tendrán hasta el próximo 12 de julio y para que finalmente se lleve a cabo el enlace se necesita la aprobación del 75% del accionariado de ambas empresas.
A este respecto, uno de los puntos más delicados de la operación es la decisión de dónde se ubicará la sede del nuevo holding. Inicialmente, ésta iba a estar en la que todavía es La City, pero, tras la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, para muchos no tiene sentido que el mercado bursátil más importante de la eurozona esté fuera de ésta, tal y como reconoció Felix Hufeld, presidente de la autoridad alemana de supervisión financiera. Según los planes de fusión, las dos partes han de conservar sus respectivas sedes en Londres y Fráncfort y cotizarán en los parqués de esas ciudades.
Un gigante del sector
La fusión entre ambas gestoras generará un gigante en el sector. Si bien antes del Brexit, la unión de las bolsas de Londres y Fráncfort daba lugar a la segunda firma más grande del mundo, la pérdida de valor que sufrió la renta variable europea tras la decisión de los británicos la sitúa en cuarto lugar, tras CME, Intercontinental Exchange y Hong Kong Exchanges & Clearing.
Eso sí, el grupo resultante del que el 45,6% del capital será británico y el 54,4% alemán sigue siendo líder en beneficio. Además, en un informe publicado en junio, los dos operadores indicaron que esperan obtener unas sinergias de ahorro anual de 250 millones desde el quinto año de operaciones.