Bolsa, mercados y cotizaciones

Con la deuda pública europea se gana un 1,4% en tres días

  • La renta fija se convierte en objeto de las compras tras el Brexit

Desde que el Brexit se impusiese en el referéndum las bolsas han sido la principal fuente de pérdidas, hasta ayer. Justo al revés que la renta fija que, pese a todo, sigue siendo motivo de alegrías. Desde que los británicos materializasen su voluntad de dejar la UE el viernes, la deuda pública europea riega las carteras con ganancias medias del 1,4% en solo tres sesiones. También la estadounidense, que ha actuado como refugio animada por la posibilidad de que la Fed retrase la subida de los tipos -ver información inferior-. El resultado son plusvalías del 2,6%.

El rally post-Brexit que viven los bonos se prolongó ayer en la mayoría de las referencias europeas (aunque con menos fuerza que en sesiones anteriores) y no así en el mercado americano (donde los inversores sí que optaron por deshacer posiciones). De modo que, por segundo día consecutivo, por ejemplo, las compras hicieron caer la rentabilidad del papel español a diez años del 1,45 al 1,31%, su nivel más bajo desde abril del año pasado y menor también que el interés de la deuda italiana, del 1,39%.

Este apetito por la deuda pública española "no es tanto porque el mercado esté confiado, sino porque el resultado electoral reposiciona mejor los bonos españoles y porque se sabe que el BCE está ahí para sujetarlos", apunta el equipo de análisis de Bankinter.

Ese sustento explica, en parte, que el apetito por la renta fija no se limite únicamente a los bonos españoles a diez años, que arrojan ganancias cercanas al 1,37% a aquellos inversores que tuviesen sus bonos en cartera antes del viernes.

También se devora la deuda de Francia, Holanda, Suiza o Alemania y con todas ellas se cumple el mismo patrón que con la española: desde el Brexit no dejan de dar alegrías a las carteras. También la de Reino Unido, donde la expectativa de que el Banco de Inglaterra recorte los tipos de interés del 0,5 al 0,25% en julio, posibilidad a la que el mercado da un 53% de probabilidades, ha hecho que su interés caiga motivando plusvalías latentes del 3,5% en tres sesiones.

Pero, ¿por qué ese interés por la deuda pública? "La continua entrada de dinero en renta fija pone encima de la mesa el riesgo económico de la inestabilidad de los mercados y de la incertidumbre política", explica José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca.

Tras el Brexit, el escenario de que Reino Unido entre en recesión y borre parte del crecimiento esperado en el resto de la UE no se puede descartar para muchos grandes bancos de inversión, claro que en ese hambre de renta fija también influye que "los inversores están desesperados por encontrar rendimientos y no se quieren perder el rally. Es lo que está conduciendo a algunos a aferrarse a la duración y riesgo, a pesar del horrible escenario para la economía europea en los próximos meses", comenta Ciara O?Hagan, de Société Générale.

Ojo, queda poco valor

A corto plazo, no obstante, existen factores que juegan a favor de este activo. Uno es la incertidumbre política, que "será alta en la segunda mitad del año, lo que limitará el apetito por el riesgo y será bueno para los bonos", señala Jussi Hiljanen, jefe de macro y renta fija de SEB AB en declaraciones a Bloomberg. Y el otro son las compras del BCE.

"La lógica que encontramos [a las compras] es la seguridad de que el BCE no escatimará esfuerzos en su ánimo por favorecer la estabilidad de la zona euro y prevenir posibles efectos desfavorables sobre el crecimiento de la región a corto plazo", apunta Enrique Lluva, subdirector de renta fija de Imantia.

De manera que aquellos que crean que la incertidumbre y el crecimiento se pueden ver afectados por el Brexit, continúa, pueden ver en la deuda periférica una oportunidad de anticiparse a las previsibles actuaciones del BCE y viceversa: "El que crea que las implicaciones de la decisión inglesa se verán a largo plazo y que previsiblemente no tengan un efecto devastador sobre la economía europea, quizás esté ante una magnífica oportunidad de venta".

"Es casi imposible saber lo que hará la deuda en los próximos días", apunta Jorge Ceballos, responsable de distribución de renta fija de Beka Finance, porque este mercado "ya no se mueve tanto por fundamentales, sino por titulares y flujos".

No obstante, en el caso del bono español, Ceballos señala que el sentimiento generalizado es positivo y "seguramente seguirá siéndolo si España logra finalmente formar gobierno y que las negociaciones llegan a buen término".

Sin embargo, para Azad Zangana, economista europeo y estratega de Schroders, el Brexit no ha cambiado la perspectiva de que la renta fija "sigue cara y ofrece poco valor".

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