
La entidad presidida por Ángel Ron lanzará este jueves más de dos millones de nuevos títulos al mercado, resultado de la ampliación de capital realizada por el banco por valor de 2.500 millones de euros.
De este modo, Banco Popular amanecerá con cerca de 4,2 millones de acciones, duplicando el volumen de títulos actual. Coincide, por cierto, con el manido referéndum de Reino Unido sobre su permanencia en la Unión Europea. Los inversores que acudieran a dicha ampliación lo hicieron a un precio por acción de 1,25 euros, lo que representa un descuento del 10% respecto al precio al que cotiza el banco este miércoles, por encima de los 1,38 euros.
El riesgo a partir de mañana, apuntan fuentes del mercado, es que los accionistas que han acudido a la operación especulen con el papel que llegará al mercado. Podrían aprovechar, dicen estas mismas fuentes, el tirón alcista de los primeros momentos de la acción para ganar esa rentabilidad hasta que los títulos se ajusten y, después, vender, lo que provocaría nuevas caídas de la cotización.
Dos firmas de análisis, Berenberg y Alphavalue, ya sitúan su precio objetivo para Popular por debajo de los 1,25 euros de la ampliación en sendas revisiones acometidas durante los últimos días. Ambos brókeres comparten la recomendación de vender para la compañía, con precios objetivos que sitúan en una horquilla que va de los 1,15 a los 1,19 euros por título, según Bloomberg.
Sobredemanda del 35,7%
La entidad logró cerrar la operación con una demanda que superó en un 35,7% a la oferta, alcanzando los 3.400 millones de euros. Fuentes internas del banco aseguran que es la primera operación de estas características con derecho preferente que culmina con éxito en todo 2016 dentro del sector financiero, tras varias ampliaciones realizadas por la banca europea. "El escenario central tras la ampliación es permanecer independiente", aseguraba Ángel Ron, presidente de la entidad, en una entrevista a elEconomista. Habiendo elegido claramente el momentum para lanzar la operación, Ron reconoce haber "optado por el rango alto que se pedía provisionar para hacer que ese factor de riesgo desapareciera", ante los requisitos impuestos por Bruselas.
Durante el periodo de suscripción preferente, que finalizó el pasado 11 de junio, se suscribieron 1.999 millones de acciones nuevas, representativas del 99,73% del total de la ampliación. Las décimas restantes se adjudicarán por simple prorrateo entre los suscriptores de la misma.
Desde un primer momento, los analistas recomendaron mayoritariamente acudir a la operación sólo a quienes ya fueran accionistas, ya que el hecho de no hacerlo suponía una dilución de cerca del 48%, cuando desembarquen en el mercado las nuevas acciones, que representan prácticamente la mitad de las que ya existen.
El inversor, el gran perjudicado
A esta dilución se suma el desplome que acumulan los títulos del Popular desde que anunciara la ampliación el pasado 26 de mayo. La acción ha perdido un 34% de su valor desde entonces, mientras que a lo largo de 2016 el banco se ha dejado cerca de la mitad de su capitalización bursátil, siendo la firma más bajista de todo el Ibex 35. Banco Popular tiene la segunda peor recomendación del selectivo, sólo superado por FCC.
Pero no queda ahí. La entidad es, además, la cuarta firma más asediada por los bajistas, con un peso sobre su capital del 6,21%. Este mismo lunes, el fondo británico Odey Asset Management triplicó su posición corta sobre la entidad, pasando de representar un 0,62% hace tan sólo seis días, hasta un peso del 1,41% sobre Popular. Se convierte, de este modo, en la mayor apuesta a la contra para la entidad, adelantando a Oceanwood Capital Management (con un 0,90%) y a BlackRock (con un posición corta declarada del 0,88%), según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.