Bolsa, mercados y cotizaciones

Así cambian los dividendos hasta octubre

El próximo 27 de junio llegaba la transformación definitiva a la bolsa española que afecta a las retribuciones al accionista, pero la CNMV ha decidido retrasarla hasta el 3 de octubre. Este aplazamiento afecta a las fechas en las que se deben comprar acciones para tener derecho a cobrar los pagos, ya que seguirán siendo necesarios cuatro días hábiles en lugar de los tres que iban a implantarse.

La mayoría de empresas de la bolsa española ya ha fijado la fecha en la que retribuirá a sus accionistas durante el verano. Pero conviene prestar atención al calendario, porque esta semana se han modificado las fechas para los meses de julio, agosto y septiembre. El gran cambio es que los inversores deberán tener acciones de una compañía antes de lo que estaba ya fijado para tener derecho a cobrar el dividendo.

Con la entrada en vigor de una gran reforma que afecta a todo el mecanismo interno que hay detrás de las operaciones de compra y venta de acciones, desde el pasado 27 de abril, ya no es suficiente con tener títulos de una empresa un día antes de que retribuya al accionista si se quiere recibir ese pago. Desde finales de abril, son necesarios cuatro días hábiles de antelación para cobrar el dividendo. Así, los inversores que quisieron recibir la entrega que Telefónica repartió el jueves 19 de mayo debían tener acciones como muy tarde el viernes 13.

Este esquema iba a cambiar el 27 de junio, cuando se implantaría definitivamente en la bolsa española la necesidad de tener que comprar acciones como muy tarde tres días antes -en lugar de los cuatro actuales- para cobrar un dividendo, ya que las operaciones tardarían en liquidarse, en hacerse efectivas, un día menos. Sin embargo, esta fecha se retrasa ahora al próximo 3 de octubre, según anunció el pasado lunes la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Por ejemplo, Gas Natural remunerará a sus accionistas el jueves 30 de junio y si bien antes bastaría con tener acciones el lunes 27, con este aplazamiento ahora será necesario contar con títulos como muy tarde el viernes 24. Lo mismo sucede con todos los pagos, al menos 15, que abonarán las cotizadas españolas durante los próximos meses, hasta que a principios de octubre se materialice la nueva fase de esta reforma.

Más ejemplos. Para cobrar altos dividendos -de entre el 3 y el 3,6 por ciento de rentabilidad- como los que distribuirán Acciona, Endesa o Red Eléctrica el viernes 1 de julio, la fecha límite para adquirir títulos concluye el lunes 27 de junio, cuatro días antes. Y es que al día siguiente, el martes, las acciones ya cotizarán sin derecho a recibir ese pago -esa fecha es la que se conoce en la jerga bursátil como ex date o fecha de corte-.

Este calendario solo se mantendrá durante el verano, y será a partir del 3 de octubre, cuando las fechas volverán a ajustarse a tres días hábiles antes del reparto. Ya hay pagos confirmados para entonces. Inditex, que abonará dos dividendos el miércoles 2 de noviembre, retribuirá a todos los inversores que tengan acciones de la firma textil antes del lunes 31 de octubre. La fecha límite para comprar títulos será tres días hábiles antes del reparto, el viernes 28 de octubre.

El origen de los cambios

La razón de ser de estos cambios de fechas en los pagos proviene de esta profunda reforma que se ha puesto en marcha, tras años de gestación, para transformar la maquinaria interna de la bolsa española. El objetivo es acercarla a los estándares europeos que están adoptando también otros mercados para acabar creando una plataforma europea.

Aunque esta revolución comenzó el pasado 27 de abril, una de las fases importantes debía llegar el 27 de este mes. En ese paso adicional, que ahora se ha retrasado al 3 de octubre, las operaciones dejarán de liquidarse en la bolsa española en tres días para hacerlo en dos. ¿Qué significa esto? Que un intercambio de acciones, después de haberse cruzado las órdenes de compra y venta, tardará en consumarse, en convertirse en firme, dos días (lo que se conoce como D+2) en lugar de los tres (D+3) que conlleva ahora.

Con este nuevo sistema, a partir de octubre, cuando un inversor compre acciones un lunes, el miércoles ya estaría liquidada la operación y, por tanto, el jueves podría cobrar el dividendo de una compañía (siendo necesarios solo tres días de antelación). Aunque para el particular, el cambio repercute sobre todo a los dividendos, también se ven afectados lo que se denomina como eventos corporativos, que van desde ampliaciones y reducciones de capital hasta split, fusiones...

Operaciones fallidas

El desencadenante de todo este retraso es la aparición de un concepto que antes no existía en España. En el mecanismo exclusivo que existía en este mercado, todas las operaciones que se cruzaban estaban aseguradas. Pero uno de los inconvenientes de la reforma es que el inversor está menos protegido porque pueden surgir operaciones fallidas, que no lleguen a liquidarse, lo que obliga a las entidades a poner más garantías disparando en muchos casos sus costes.

Habrá dos tipos de operaciones, unas que pasen por una cámara de contrapartida central (BME Clearing) y otras que se liquiden de manera bilateral. En el primer caso, la CNMV afirmó que las operaciones fallidas se han quedado en el 1 por ciento, pero desde el supervisor reconocen que "la tasa de liquidación de las operaciones bilaterales no compensadas en cámara de contrapartida central todavía no ha alcanzado unos ratios comparables a los del mercado". Es decir, que admite que están produciéndose más fallos. Para reducirlos, la CNMV está intentado poner medidas y con el fin de implementarlas y ante "otras circunstancias planteadas por los participantes en el mercado como el referéndum en Reino Unido" se ha aplazado la fecha de esta fase al 3 de octubre.

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