Arranca el mes de junio y con él dejamos atrás la primera mitad de 2016. Un año que comenzó con turbulencias, especialmente en China, y que parece haberse calmado desde el pasado mes de febrero. Los precios del crudo han subido más de un 80% desde los mínimos tocados a principios del ejercicio, Pekín parece haber calmado a los mercados y en Estados Unidos, la Reserva Federal calienta motores para su próxima subida de tipos.
Aún así, reina una calma chicha a nivel mundial ante la oleada de riesgos, buena parte de ellos políticos, a los que nos enfrentamos durante los próximas semanas. Entre ellos el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea o las elecciones presidenciales en España. "Los mercados están demasiado relajados sobre los riesgos políticos", asegura Enrique Díaz Álvarez, director de riesgos de Ebury, al ser preguntado por el impacto que los comicios en nuestro país pueden generar entre los inversores.
"Ahora que los riesgos económicos y bancarios a corto y medio plazo han pasado a segundo plano, los mercados deberían comenzar a fijarse más en los riesgos políticos", señala. En este sentido reconoce que una coalición de gobierno donde se incluya a Podemos "podría generar cierta inestabilidad en los mercados ante un posible choque entre el nuevo gobierno y las autoridades de Bruselas sobre los objetivos de déficit de España". Es por ello que Díaz Álvarez considera que los mercados comenzarán a prestar más atención a este tipo de problemas a medida que nos acercamos a la jornada electoral.
Un tema aún más preocupante es el Brexit. Sin embargo, desde Ebury consideran que las probabilidades de una salida de Reino Unido están "sobreestimadas" ya que cuando los ciudadanos indecisos acudan a las urnas probablemente imitarán el comportamiento registrado cuando sometió a votación la independencia escocesa en 2014. "Los indecisos durante las últimas semanas a la votación suelen decantarse más por el estatus quo", indica el director de riesgos de la institución financiera especializada en intercambio de divisas.
Divergencia monetaria
A los riesgos políticos que enfrentan los mercados también habría que sumar la divergencia entre la Reserva Federal y otros bancos centrales como el Banco Central Europeo o el Banco de Japón. Para Díaz Álvarez, la paridad entre el euro y el dólar es "real" y podría materializarse en un plazo que oscilaría entre los 10 y 16 meses. Al mismo tiempo, incluso si la Fed sube tipos en dos o tres ocasiones este año, el dólar no debería sufrir un encarecimiento desorbitado. "Vemos al dólar o bien estable o registrando una modernísima apreciación por ejemplo frente a las divisas de mercados emergentes", señala.
Estas divisas, según consideran desde Ebury, han sufrido un castigo notable en la primera mitad del año y sólo se han recuperado parcialmente, "con lo cual están relativamente baratas". "Mientras la subida de la Fed sea gradual, el impacto en el resto del mundo será moderadamente positivo", incide Díaz Álvarez.
Aún así, donde sí reconoce que ha habido sorpresas en los últimos meses es en el comportamiento del yen. "Esperábamos que continuase en niveles de 120 o 125 frente al dólar y nos ha sorprendido la falta de medidas y la falta de agresividad por parte de las autoridades monetarias japonesas ante este fortalecimiento", indica.
La apreciación de la divisa nipona "es muy negativo" ya que a los niveles actuales va a ser prácticamente imposible alcanzar los objetivos de inflación fijados por el Banco de Japón. Es por ello que el gobernado del banco central, Haruhiko Kuroda deberá implementar algún tipo de medida de estímulo adicional en su próxima reunión dada la pérdida de credibilidad que sufre la institución.
Sobre la posibilidad de una intervención unilateral, que levantaría ampollas entre otros miembros del Grupo de los Siete, como EEUU, dicha actuación "es difícil" salvo que la apreciación sobrepase los 105 yenes en su cruce con el dólar. Por último, en China, parece que el director de riesgos de Ebury considera que no volverán a producirse sustos. "Las turbulencias han sido exageradas y el colapso sigue sin suceder", aclara mientras añade que los "fundamentos macroeconómicos en China contribuyen a la estabilización de la situación actual".