
Ibercaja y Unicaja están en la línea de salida de sus futuras salidas a bolsa. La primera -con sede en Zaragoza y fruto de la unión de Ibercaja con Caja3- espera estar cotizando a finales de 2017 o comienzos de 2018, mientras que la segunda -la fusión de Unicaja y Banco Ceiss- que en su momento señaló que preveía salir a bolsa en 2016, no concreta fechas todavía.
El escenario actual, con tipos cero que aumentan la dificultad para obtener rentabilidad, no es el idóneo para los debuts de empresas financieras en el parqué. El sector cotiza, de media, a 0,7 veces su valor contable, cuando en los años del boom inmobiliario lo hacía el doble de caro, a 1,4 veces.
Las entidades más comparables con Ibercaja y Unicaja son las que mayor debilidad presentan, según indican fuentes del mercado: Liberbank y Popular. Desde que empezó 2015 (es decir, en el último año y medio) estos dos bancos han cotizado, de media, a 0,46 veces su valor de liquidación o, lo que es lo mismo, con un descuento del 50 por ciento respecto a su valor en libros.
Utilizando este multiplicador, Ibercaja alcanzaría una valoración de 1.200 millones de euros, y la de Unicaja se situaría en los 1.300 millones. Ahora bien, la colocación exigiría previsiblemente un descuento que podría situarse en el 5%, según las fuentes consultadas. Una vez aplicada esta rebaja, la capitalización de Ibercaja sería de algo más de 1.100 millones y la de Unicaja superaría los 1.200 millones.
Fuentes de la entidad andaluza señalaron a este periódico que el grupo "no ha decidido ni la fecha de la salida a bolsa, ni el importe, ni la valoración", mientras que desde Ibercaja ponen de relieve que el banco no está obligado a salir a bolsa hasta 2020, "con lo que podría aprovechar una ventana de liquidez en 2017, si la hubiera". El entorno actual "es de mínimos", señalan las fuentes del banco aragonés, que añaden que "deberíamos ser capaces de levantar más el valor de la entidad".
En cualquier caso, si ése fuese su tamaño, Ibercaja y Unicaja ocuparían los puestos 57 y 58 de la bolsa española por capitalización, respectivamente; como referencia, en el Índice General de la Bolsa de Madrid (IGBM) cotizan cerca de 120 compañías. Los dos valores quedarían, a priori, muy alejados del Ibex 35.
Se situarían en línea con una recién debutada, Parques Reunidos, que vale 1.150 millones, y por delante de Applus. Quedarían por debajo de todas las demás entidades cotizadas del país, a excepción de Liberbank, que a día de hoy está ligeramente por encima de los 800 millones, lo que la relega al puesto 63.
Además, ambas valdrían más que otro estreno reciente, Telepizza (cuyo valor en su debut ascendía a 780 millones y hoy, tras haber caído un 22% en bolsa desde el estreno, es de unos 600 millones).
Una cotización de 0,46 veces su valor contable está en línea con el que presentó Liberbank (también nacida de la unión de antiguas cajas) en su estreno, hace tres años.
Un escenario más favorable
Pero el escenario en el que, finalmente, se desarrolle la salida a bolsa de estos dos bancos podría ser más favorable. En el caso de que cotizasen en línea con el conjunto de entidades españolas -excluyendo al Santander y a BBVA, demasiado grandes para compararlas con Ibercaja y Unicaja- la valoración de la zaragozana alcanzaría los 1.600 millones y la de la andaluza superaría los 1.700 millones. En este caso, sus títulos se negociarían a 0,6 veces su valor en libros, es decir, con un descuento del 40%.
Nuria Álvarez, de Renta 4, comenta que "de aquí a cinco años" no ve a estas dos entidades cotizando "independientemente", sino formando parte de algún banco español de mayor tamaño al que pueda interesar adquirirlas para posicionarse en las regiones que dominan estos dos grupos.
En opinión de la analista, es probable que veamos "operaciones corporativas en 2018", cuando la recuperación de la rentabilidad de los bancos les permitirá absorber el impacto de una adquisición. "Todos los bancos españoles están suficientemente capitalizados para hacer compras, como ha hecho CaixaBank con BPI; le va a suponer un consumo de capital importante pero tiene margen para hacerlo".
¿Posibles adquisiciones?
Fuentes de Unicaja aclaran a elEconomista que la entidad "no se encuentra en ningún proceso de ese tipo". El grupo, que aún trabaja en consolidar la absorción con Banco Ceiss (la integración informática finalizó el pasado enero), ha designado a Rothschild como asesor de la colocación y tiene pendiente la devolución de las ayudas por 600 millones de euros que Ceiss recibió del Frob a través de una emisión de obligaciones convertibles.
Desde Ibercaja comentan que "el hecho de que la entidad reciba ofertas una vez que esté cotizando es inherente al mercado, pero habrá que ver cuál es la voluntad de los vendedores". Aunque la Fundación Ibercaja va a reducir su participación por debajo del 50%, seguirá siendo un accionista de referencia "y si no le interesan las condiciones que le ofrezcan no venderá".
La entidad con sede en Zaragoza ha devuelto este año 20 millones de euros de ayudas que el Frob facilitó a Caja 3, y en 2017 le vencen cocos (bonos contingentes convertibles) por otros 385 millones. Cabe la posibilidad de que la entidad encuentre un inversor ancla que entre en el accionariado a través de una ampliación de capital previa a la salida a bolsa y que sustituya a dichos cocos (es decir, que suscriba capital y que dicho capital se utilice para amortizar esos bonos).
¿Es posible que Ibercaja encuentre, antes de salir a bolsa, inversores entre los que colocar grandes paquetes y la OPV no sea finalmente necesaria? "Nuestro escenario central es ser una cotizada y colocar un porcentaje relevante en bolsa, aunque existen escenarios alternativos que se pueden explorar", explican desde la entidad.