
El Baltic Dry Index, índice que mide el transporte marítimo de mercancías a nivel mundial, sube un 72% desde los mínimos que marcara el pasado 11 de febrero, coincidiendo también con el mínimo de las bolsas europeas.
Si algo refleja el Baltic Dry Index es un claro cambio de tendencia. Detrás del mencionado rebote se encuentran 36 sesiones en positivo de las últimas 38, algo no visto en años, pero que, sobre todo, contrasta con la primera parte del año cuando todos los días cotizó con caídas, hasta marcar su mínimo histórico el pasado mes de febrero. Y es que este selectivo (destinado a contabilizar el volumen total de mercancías que se transportan por mar a nivel mundial) está considerado uno de los termómetros para medir la salud de la economía a nivel internacional y ésta parece estar dando síntomas, cuanto menos, de estabilización.
La presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reconocía esta misma semana que el crecimiento mundial está siendo "lento" y, pese a ello, no anticipa "ninguna crisis" internacional. De hecho, en su última revisión de las estimaciones del pasado mes de enero, el organismo apuntaba a un avance de la economías del 3,4% para 2016 y del 3,6% de cara a 2017, unos porcentajes de crecimiento de los que los países emergentes aportarán -aunque menos- aún un 70% de ese aumento.
Si bien es justo reconocer que desde Citi, José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe para España, asegura que este selectivo es algo menos representativo de las finanzas internacionales dado el cambio de modelo económico de las últimas décadas, su evolución en el año ha coincidido con el movimiento de los mercados y con los últimos movimientos de los bancos centrales.
Los dos factores del cambio
"Los bancos centrales parecen obsesionados por mantener la economía en crecimiento, pero se trata de una obsesión arriesgada", reconoce Sander Bus, responsable de Crédito de Robeco. "Hemos alcanzado un punto", continúa el experto, "en el que se pone en duda la confianza que los partícipes del mercado tienen depositada en los banqueros centrales, lo que está reduciendo la eficacia de la política monetaria en sí".
El otro factor a considerar es el repunte del precio del petróleo, como introduce Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac. "La subida de su precio, pasando de 26 a 40 dólares el barril ha favorecido, junto a la política acomodaticia de los bancos centrales, el impulso de los mercados con una envergadura similar a la que se produjo en octubre de 2015". "Esto", dice Saint-Georges, "respalda la hipótesis de un panorama económico más favorable". Tras la importante subida de este miércoles por encima del 5% -después de conocer una menor producción de petróleo por parte de Estados Unidos-, el crudo se anota un rebote del 39%, niveles de diciembre del año pasado, aún por debajo de la cota de los 40 dólares el barril.
El movimiento de este índice también ha coincidido con la subida de otro de los termómetros empleados por los economistas: el Dow Jones Transportation de Estados Unidos. Desde sus mínimos anuales, este índice, que es una media de las veinte mayores empresas del sector, se apunta una revalorización del 16%, aunque su situación es prácticamente la opuesta.
Mientras que el selectivo americano se encuentra en zona de máximos históricos, el Baltic Dry Index cotiza en mínimos, aún un 35% por debajo del nivel al que cayera en 2008/2009, después del estallido de la crisis financiera. Justo unos meses antes, este indicador había conquistado sus máximos. Desde entonces y hasta ahora su desplome es del 94%, a pesar de que la tendencia empieza tibiamente a invertirse.