Bolsa, mercados y cotizaciones

Ojo a la próxima oleada de quiebras en EEUU, porque podría ser muy dolorosa

  • Deuda y apalancamiento no han dejado de crecer en los últimos años
La proporción de valor recobrado por los tenedores se está desplomando. BLOOMBERG

Cuando llegue la próxima oleada de quiebras empresariales en Estados Unidos, los inversores podrían sufrir mucho más de lo que esperan: las pérdidas para los tenedores de deuda corporativa serán seguramente mucho más fuertes que en ciclos anteriores, al menos en Estados Unidos. Y ello porque, como recuerdan los estrategas de Bank of America, las empresas que la han emitido están ahora mucho más apalancadas que en el pasado.

"Tenemos más deuda corporativa que nunca, y más apalancamiento que nunca, lo que incrementa la posibilidad de que los daños sean mayores", explica Edwin Tai, gestor en Newfleet Asset Management. Y es que, a mayor importe de deuda sobre activo, menor capacidad tendrán los liquidadores de una empresa para cubrir con éstos los pasivos contraídos.

En los tiempos de vacas flacas, cuando las empresas compiten por llegar antes al concurso de acreedores, los inversores pierden de media unos 70 centavos por cada dólar de nominal, pero en este ciclo la cifra podría acercarse a los 80.

Parte de la avalancha de defaults que se avecinan tienen en realidad su origen en la crisis de crédito desatada a finales de la década pasada. La Reserva Federal reaccionó entonces con rapidez, recortando los tipos de interés. Eso mantuvo el atractivo de los bonos basura (aquellos de mayor rentabilidad pero también de mayor riesgo) y numerosas compañías consiguieron refinanciarse en lugar de declararse en quiebra.

Más quiebras, más pérdidas

Pero, como el tiempo ha demostrado, se trataba de una solución temporal. "Muchas de las compañías en problemas que se encontraban sobreapalancadas consiguieron encontrar solucciones en el último ciclo del crédito", explica Alan Holtz, director gerente del área de reestructuraciones de AlixPartners. "Pero esas tiritas ya no están disponibles, y muchas compañías se van a ver en apuros", añade.

Y es que en los últimos años los niveles de apalancamiento no han dejado de crecer: más y más compañías han utilizado la financiación ultrabarata para aplazar los vencimientos de la deuda que ya tenían, para rebajar su coste, para recomprar acciones, o para casi cualquier otra cosa que no sirve para incrementar el nivel de los activos que, en definitiva, respaldan esa deuda. El gasto en capital, que impulsa el crecimiento de valor de los activos, ha sido relativamente bajo durante este ciclo.

El resultado es que las compañías cuya deuda está calificada como basura tienen ahora un ratio de deuda sobre activo del 48% (4,8 dólares de pasivo por cada 100 de activo), cuando hace siete años ese porcentaje era del 41,5%.

Tampoco va a ayudar a mejorar este panorama sombrío el ritmo al que se producen los impagos: ahora se encuentra en el 4% de las compañías, se espera que suba al 5,05% a finales de año... y podría dispararse hasta el 14,9% en el escenario más pesimista.

Y al mismo tiempo que las ratios de apalancamiento y de default subían, la proporción de dinero recuperado por los inversores ha comenzado a caer: hace dos años era de 44 centavos por dólar y hoy apenas llega a los 28. Con las pérdidas en deuda corporativa en alza, en el mercado de deuda la consecuencia será clara: los precios van a bajar.

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