
Tokio, 6 abr (EFE).- La Bolsa de Tokio cayó hoy por la fortaleza del yen y las incertidumbres en torno a la economía global en lo que supone la séptima sesión consecutiva en rojo, su racha de pérdidas más larga en tres años y medio.
El índice Nikkei bajó 17,46 puntos, un 0,11 por ciento, hasta las 15.715,36 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió 0,62 puntos, un 0,04 por ciento, hasta los 1.267,75 enteros.
El parqué tokiota no consiguió en toda la sesión una dirección clara y fluctuó entre las ganancias y las pérdidas para terminar en rojo en lo que ha sido su racha negativa más larga desde noviembre de 2012.
El ánimo de los inversores se vio muy afectado por la fortaleza del yen, que alcanzó de manera momentánea su nivel máximo respecto al billete verde en 17 meses al cambiarse en la banda alta de los 109 dólares.
Tampoco ayudaron las palabras de la máxima responsable del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que durante un discurso el martes sembró dudas sobre las perspectivas de la economía global.
Los analistas locales señalaron que la falta de dirección seguirá ahí durante tiempo debido a las incertidumbres sobre todo de elementos externos como el precio del petróleo.
La fortaleza del yen lastró un día más a los exportadores nipones. En concreto, los fabricantes de productos electrónicos Panasonic y Sony perdieron un 3,2 y un 1,1 por ciento, respectivamente.
El gigante petrolero Inpex cayó un 0,7 por ciento tras anunciar ayer que sus ganancias para el año fiscal de 2015, que concluyó el pasado 31 de marzo, se verán reducidas a causa de la caída en el precio del crudo.
Por su parte, la operadora Kyushu Electric ganó un 7,2 por ciento después de que un tribunal nipón rechazara el recurso de unos particulares que pedían detener su planta nuclear de Sendai, la única actualmente operativa en Japón.
En la primera sección, 1.083 valores retrocedieron, frente a 730, que avanzaron, mientras que 137 cerraron sin cambios.
El volumen de negocio ascendió a 2,114 billones de yenes (unos 16.870 millones de euros), frente a los 2,279 billones de yenes (unos 18.129 millones de euros) de la víspera.
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