
Los bonos de alta rentabilidad, conocidos como high yield o bonos basura, siguen en el ojo del huracán. La preocupación porque las empresas con peor nota crediticia puedan dejar de pagar su deuda se ha acrecentado, sobre todo a raíz de los desplomes de las materias primas. Y es que en el epicentro del problema se encuentran las empresas energéticas.
Solo hasta mediados de febrero, once bonos basura estadounidenses han entrado en impago, según recoge Fitch en un informe. La agencia de rating señala que se trata del número más elevado en un mes desde los once que también se produjeron en septiembre de 2009.
En lo que va de año, ya son 14 las compañías que han dejado de pagar deuda, a las que podrían seguir otras seis en marzo al no haber desembolsado los intereses a los bonistas en febrero.
El problema, además, es que se avecinan fuertes vencimientos de deuda este año. Las compañías estadounidenses se enfrentan a tener que devolver 30.400 millones de dólares en deuda high yield, según apunta la agencia de calificación, y hasta un 14% de estas emisiones tienen un rating de CCC o por debajo. Es decir, una nota crediticia considerada extremadamente especulativa.
Los sectores con más problemas, el de energía y el de metales y minería, no asumirán grandes vencimientos este año, ya que la cifra se queda en los 5.100 millones de dólares, según indica Fitch, pero la firma advierte, al mismo tiempo, de que la cuantía se cuadriplica de cara al próximo año. Para 2017, las empresas de estos sectores tendrían que devolver 19.900 millones de dólares.
Menos emisiones
En las circunstancias actuales, la colocación de este tipo de deuda se ha frenado en seco. En el caso de Europa, otra de las grandes agencias de calificación, Moody's, ya lanzaba el mensaje en un informe reciente de que las emisiones de high yield no muestran signos de recuperación desde que tocaron suelo el año pasado en la periferia europea. Junto a los problemas que salpican al high yield, la volatilidad y la aversión al riesgo son dos factores que juegan en contra.
En España, 2015 ya supuso un fuerte descenso en cuanto a emisiones de deuda de alta rentabilidad. El año pasado solo se realizaron cuatro emisiones, frente a las diez de 2014, según datos recopilados por Société Générale.