
La industria de la inversión por esencia, presencia y potencia está construida por alcistas. Alcistas que se sostienen sobre la base de que la economía crece y se genera riqueza. Es una industria de venta que en extremos de la sinrazón lleva a decir, después de que China abriese su crash de mercado en verano y el petróleo estuviera desplomándose, que el Ibex 35debería alcanzar los 12.000 puntos. ¡Les juro que hay reincidentes en este tema, y sobre todo buenos vendedores! Como aquel que fue capaz de colocar quitanieves en los aeropuertos cubanos.
Después de caer más de un 30% desde los máximos del año pasado, a los que nos gusta mirar la bolsa por valoraciones empezamos a pensar que no está cara. En el caso del Ibex 35 cotiza con una mínima prima sobre el multiplicador de beneficios histórico.
Para que nos hagamos una idea, el comprador de renta variable ha desembolsado en torno a 13 veces por las futuras ganancias de las cotizadas en el mercado español. Pero el problema es que, eso, las futuras ganancias, están entredicho.
Cada dos por tres los beneficios se llevan un tijeretazo. No olvidemos que casi un 40% del resultado bruto de las compañías españolas procede de Latinoamérica, en buena parte de Brasil, y a nadie se le escapa que el contagio de la crisis china es una recesión, por el momento, de emergentes.
En la situación actual, en la que hemos vuelto al mínimo del año, muchos inversores empiezan a pensar que como no se paga prima sobre el beneficio histórico la bolsa puede empezar a estar barata. Incluso es cierto que hay valores que cotizan con un fuerte descuento sobre su valor en libros. Lo que técnicamente quiere decir que sería más atractivo comprarlos en mercado, y liquidar hasta el último de sus hierros. Pero curiosamente son estos títulos, en muchos casos, los que no dejan de caer. Y al día siguiente se pueden comprar en bolsa todavía más baratos, mientras que los que cotizan más caros -entre los grandes valores de la bolsa española Iberdrola e Inditex- son los que menos caen porque son los que ahora quieren los inversores.
Como la vida es la constante necesidad de buscar sorpresas y no redundar lo que ya conocemos, nos deberíamos preguntar si nos adentramos en un escenario de recesión mundial y la bolsa debe cotizar con un descuento sobre los beneficios históricos. Si el escenario bursátil puede ser el de 2007 y gran parte de 2008, en el que se negó la mayor, y no se habló abiertamente de recesión hasta que en septiembre llegó Lehman Brothers. O el Lehman Brothers de esta crisis sea la quiebra de un grupo de mineras y petroleras.
Para quien piense que la bolsa está barata en los niveles actuales mejor no juzgar y pararse a pensar. Aún considerando el improbable escenario de que no continúe el recorte de beneficios, un descenso del multiplicador de beneficios que se paga por la bolsa española del 10% sobre la media histórica llevaría al Ibex 35 en torno a los 7.400 puntos. Si el multiplicador de beneficios que se paga tiene un descuento del 15%, situaría al Ibex 35 en torno a los 7.000 puntos. En el caso de que el descuento fuera del 20%, hasta en 6.600 puntos.