
El ciclo comercial será crucial para obtener mayores ganancias en los activos de riesgo durante el próximo año, ahora que la marea global del "dinero barato", que infló las valuaciones en años recientes, ha llegado a tocar techo, de acuerdo con las Perspectivas para 2016 del BlackRock Investment Institute.
La perspectiva titulada "Ciclos Desincronizados", detalla la visión de BlackRock para la economía global y los mercados en 2016, y ofrece hallazgos sobre las posibles implicaciones para los retornos en las inversiones y las decisiones de colocación de activos. En general, el BlackRock Investment Institute (BII) aconseja a los inversores poner mucha mayor atención en 2016 a los ciclos comerciales, crediticios y de valuación, en la medida en que el impacto del ciclo de política monetaria desaparece.
Con las valuaciones ya no tan baratas y los márgenes de beneficios corporativos bajo presión en muchos mercados, se necesita que el crecimiento económico impulse a los ingresos. "Prevemos poca o nula apreciación en los precios de la renta fija y únicamente ganancias moderadas para la mayor parte de los mercados de renta variable en 2016" destaca el informe publicado por el BII.
"Navegar de manera cauta" será crítico durante 2016, dado que los ciclos clave ahora parecen estar "fuera de sincronía", de acuerdo con el BII. En particular, las valuaciones parecen haberse saltado el ciclo comercial en muchos mercados, especialmente en Estados Unidos. "Esencialmente, hemos estado pidiendo prestados los beneficios del futuro", resaltó el BII.
"El panorama se hace cada vez más complicado debido a las tendencias de largo plazo, como el envejecimiento de las poblaciones, grandes cargas de deuda y a que los cambios tecnológicos se intersectan con los ciclos de corto plazo, lo cual quiere decir que las altas tasas de crecimiento del pasado podrían no regresar", dijo Ewen Cameron Watt, Estratega en Jefe Global de Inversiones del BII. "Sin embargo, la buena noticia es que vemos una recuperación moderada para el crecimiento global y un renovado enfoque de los inversores en los fundamentales".
Poco impulso en la renta variable
La mayoría de los mercados de renta variable se han quedado sin energía en 2015, resalta el BII, con una expansión múltiple (una creciente relación precio-beneficio) y los dividendos escondiendo "sus pecados", como las nulas o decrecientes ganancias. "La cuestión para 2016 es si, con las condiciones financieras globales endureciéndose ligeramente, los mercados podrán valerse por sí mismos", señaló Russ Koesterich, estratega en jefe global de inversiones del BII. "Si las compañías buscan crecer sus ganancias, un regreso del crecimiento en los ingresos es esencial especialmente para los mercados en donde las valuaciones son altas".
Los efectos de los movimientos en el dólar estadounidense y en los precios del petróleo serán críticos para el próximo año, prevé el BII. Mayores incrementos en el dólar intensificarían la presión sobre los precios de las materias primas, las monedas de mercados emergentes y los beneficios de Estados Unidos, al hacer sus exportaciones menos competitivas. La caída en los precios del petróleo ha arrastrado a la baja las expectativas inflacionarias de largo plazo y podría alentar a algunos bancos centrales a pisar más fuerte el acelerador monetario.
Pendientes de la volatilidad, los impulsos cambian
La volatilidad ha disminuido desde los picos observados durante la venta masiva de verano en los mercados globales de renta fija y la mayoría de las clases de activos están ahora en sus medianas de volatilidad a 20 años. A pesar de todo, la volatilidad podría aumentar de nuevo, según el BII.
"En el lado positivo, vemos casos aislados de verdadera exuberancia", dijo Koesterich. "Sin embargo, aún sin ningún choque, es probable que la volatilidad aumente".
Koesterich cree que los inversores también necesitan tener cuidado con los cambios de impulsos ? los periodos en que el liderazgo en los mercados se invierten bruscamente. "La exposición a compañías de calidad como las de tecnología y salud ha demostrado ser efectiva para contrarrestar los impulsos en periodos de volatilidad al alza", dijo.
La intensificación de conflictos regionales y las tensiones geopolíticas también podrían acabar por afectar a los mercados, destaca el BII, con el tema de los refugiados y el referéndum sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea poniendo a prueba a ese bloque económico en particular.
Estados Unidos: El ciclo de crecimiento tiene "espacio para seguir expandiéndose"
Hay mucho que apostar por la economía estadounidense en 2016, ya que muchas otras partes del mundo están mostrando un crecimiento en picada o lento, sugiere el BII. "Aunque las expectativas del consenso para el crecimiento de Estados Unidos en 2016 han ido gradualmente decreciendo, creemos que el ciclo de crecimiento tiene todavía espacio para correr", dijo Koesterich.
Con la economía estadounidense en relativa buena forma, la Reserva Federal ya ha puesto fin a la era de las tasas cercanas a cero. El banco central de EE.UU. parece estar viendo más allá del impacto de corto plazo de los menores precios energéticos sobre la inflación. El aumento en los alquileres en el mercado de viviendas también ayudará a alcanzar un objetivo de inflación en torno al 2% anual en 2016, señala el BII.
"Los bancos y las compañías aseguradoras han estado correlacionados positivamente con los rendimientos al alza, y nuestras otras preferencias incluyen las empresas tecnológicas, constructoras y las firmas inmobiliarias de Estados Unidos", dijo Koesterich. Dentro de la renta fija de grado de inversión, sectores como el financiero y de cable son favorecidos sobre los materiales, la manufactura y productos de consumo.
Europa: La austeridad cede
El ciclo comercial de la eurozona están en las primeras etapas de una lenta recuperación, pero la inflación subyacente se mantiene a la baja (a pesar de que ha subido un poco) y el renacimiento de las exportaciones europeas está bajo amenaza debido a la desaceleración de los mercados emergentes, señala el BII.
"Prevemos que el impulso de las reformas pase a segundo término y se dé prioridad al tema de controles fronterizos y problemas de seguridad en 2016" dijo Cameron Watt. "Observamos un modesto impulso del crecimiento en 2016, en la medida en que los gobiernos relajen los cinturones de austeridad y gasten más, y no únicamente en seguridad".
El BII resalta que las valuaciones de la renta variable europea parecen atractivas. La debilidad del euro, el moderado crecimiento salarial y la expansión del crédito doméstico deberían ayudar a las ganancias corporativas europeas en 2016, mientras que un dólar fuerte está presionando a las ganancias de Estados Unidos. Al mismo tiempo, el BII advierte que el favorecimiento de la renta variable europea se ha convertido en una perspectiva de consenso ? y "que los mercados tienen una manera de ir en contra de la corriente".
Japón: enfoque en los derechos de los accionistas
El BII cree que el Banco de Japón podría impulsar la flexibilización cuantitativa y el gobierno aumentaría su gasto, ya que la economía japonesa una vez más está acercándose a la deflación, con ambos movimientos augurando un buen futuro para las ganancias corporativas.
"De manera importante, Japan Inc. está demostrando una recién descubierta apreciación de los derechos de los accionistas, con los pagos de dividendos y la recompra de acciones al alza", dijo Cameron Watt. "Desde 2008, el retorno de la renta variable ha estado aumentando de manera estable; también nos gusta la renta variable japonesa porque es barata y el entusiasmo por el comercio japonés se ha enfriado".
El riesgo a corto plazo es la desaceleración de China, ya que esta nación es el segundo socio comercial de Japón (después de Estados Unidos). Al mismo tiempo, la economía de Japón está enfocada en lo doméstico, con menos del 5% de los ingresos corporativos de Japón proviniendo de China.
Suave aterrizaje para China, recuperación gradual para América Latina y probable oscilación cíclica para los mercados emergentes
El escenario base de China para el BII es el suave aterrizaje económico. Es probable que China se quede corta con su actual objetivo de crecimiento anual a cinco años de 6.5%, señala el BII, pero esto no es el fin del mundo. Incluso un crecimiento de 5% del PIB real sería sano para una economía de aproximadamente 20 billones de dólares. El BII ve que muchas reformas en movimiento estimulan el PIB de China en el corto plazo, incluyendo un movimiento hacia los precios de mercado y el recorte de la sobrecapacidad manufacturera.
"Los cambios económicos de China tienen mayor impacto en el mundo emergente que en ninguna otra parte, ya que los mercados emergentes y el auge comercial se ha apoyado fuertemente en la demanda china", dijo Axel Christensen, director de estrategia de inversión para América Latina e Iberia de BlackRock. "Las economías emergentes confían en la demanda china y los exportadores de materias primas como Australia ahora enfrentan un doble golpe, en el hecho de que el crecimiento de China ha caído más y más rápido de lo esperado y que la composición del crecimiento ha cambiado rápidamente, de la demanda por recursos naturales a un apetito por los bienes de consumo, servicios y productos lácteos".
Sin embargo, el BII cree que los inversores serían prudentes en reconocer las oscilaciones cíclicas que podrían ayudar a la propulsión de los mercados de renta variable de las economías emergentes, por lo menos de manera temporal. Dichas fuerzas incluyen al crecimiento global llegando más lejos; una significativa depreciación de muchas divisas emergentes; la relajación la inflación el próximo año en algunos países, y el colapso de los precios del petróleo, lo cual conviene a las naciones importadoras de petróleo.
"América Latina debería ver una recuperación muy gradual, en el contexto de una perspectiva más positiva para la economía mundial y una estabilización, más no recuperación, en los precios de productos básicos como el petróleo o el cobre", añadió Christensen. "El crecimiento económico debería ver una mejora modesta, influenciado por una mayor inversión en infraestructura en México y algunos países andinos, así como una contracción económica más contenida en Brasil, comparado con 2015".