El banco estadounidense espera que el 'Brent' alcance los 62 dólares al final de 2016 y que el 'West Texas' americano rebote hasta los 59 dólares. Supondría un avance del 36% para el barril europeo y un 40% para el americano. Eso sí, no se descarta la posiblidad de que el barril toque los 30 dólares momentáneamente si las cálidas temperaturas continúan en invierno
A medida que nos acercamos a finales de año, los precios del oro negro parecen no haber logrado escapar a la espiral bajista que desde mediados de 2014 ha causado estragos entre los países exportadores y petroleras. Una dinámica alimentada por el exceso de oferta, pulsos implícitos entre los distintos soberanos y una comatosa demanda que sigue sin solventar el descomunal atasco de inventarios. A ello habría que sumar otro factor inesperado, el cálido otoño e invierno que se avecina en Estados Unidos.
En este sentido, el equipo liderado por David Martin, director de investigación de materias primas de J.P. Morgan, volvía a rebajar sus precios objetivos tanto para el West Texas como para el Brent, hasta los 44 y los 47 dólares respectivamente. "Los mercados de petróleo están preparados para despedir 2015 con precios cercanos a mínimos de los últimos 7 años", reconoce Martin en su último análisis, donde actualiza sus previsiones para 2016. La combinación de un clima cálido y la amenaza de un incremento de la oferta iraní a principios del próximo año siguen empañando las perspectivas de una rápida recuperación de los precios.
Los precios del crudo mantendrán su particular vía crucis en la primera mitad del año que viene, cuando se espera que los inventarios sigan aumentando. Aún así, si asumimos que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), siguen intentando defender su cuota de mercado, y el incremento de la producción iraní se limita a 0,4 millones de barriles diarios, el crudo podría experimentar una recuperación en el tercer trimestre del año que viene. Para el último trimestre de 2016, J.P. Morgan considera que el Brent tocará los 62 dólares el barril, un incremento de más del 36% desde los niveles actuales. Por su parte, el West Texas Intermediate alcanzará los 59 dólares el barril, lo que supone un encarecimiento de aproximadamente el 40%.
A este lado del Atlántico parece que el ajuste sobre la oferta ya está en marcha para los productores de esquisto, aún así el arranque de 2016 se promete débil, ya que la abundante lista de riesgos sigue poniendo la volatilidad por montera en lo que se refiere a la trayectoria de los precios. Martin considera que el ajuste entre el precio y la demanda debería materializarse a lo largo de los próximos 12 meses, dicho esto, no descarta "periodos caracterizados por movimientos dramáticos" en el coste del oro negro.
Al respecto aclara que la OPEP continúa sin encontrar acuerdo alguno sobre una estrategia de precios coherente mientras que los suministros adicionales de Irán tampoco ayudarán a edulcorar este amargo contexto. "El primer trimestre de 2016 se perfila como otro periodo de extrema debilidad", avisa el experto de J.P. Morgan. Los cálculos del banco estadounidense sitúan el Brent en los 48 dólares en los tres primeros meses del año que viene mientras el se cambiará sobre los 45 dólares. Martin y su equipo no descartan que el crudo pueda tocar los 30 dólares si las cálidas temperaturas se mantienen y el incremento de inventarios se acelera. De todas formas consideran que esta situación sería transitoria.
¿El fin del ciclo liderado por los emergentes?
El colapso en los precios del petróleo, junto con otras materias primas, plantea la duda sobre si el ciclo alcista en el coste de la materias primas liderado por los mercados emergentes ha llegado a su fin. "Vemos al mercado en una fase resolutoria", explica Martin. Sin embargo aclara que con el tiempo volverá a impulsar los precios.
Pese a que los mercados emergentes han reducido su demanda energética cerrando la brecha con las economías avanzadas, el cambio de estrategia de la OPEP a finales de 2014 acentuó el ciclo bajista en el que nos encontramos. "Pese a que el ritmo de crecimiento de muchas economías emergentes se ha debilitado y seguirá haciéndolo en 2016, el aumento absoluto de la actividad económica sigue siendo importante", determina.
El informe pone como ejemplo a China, donde el banco considera que el crecimiento económico en términos absolutos estará por encima del registrado en 2007. "El incremento de los ingresos per cápita y el crecimiento de la clase media ha incrementado la demanda de gasolina y combustible, algo que continuará en 2016", aclara Martin en su documento.