Esta semana ha estado marcada por China y la triple devaluación del yuan. La inestabilidad, la volatilidad y el temor a un nuevo episodio en la guerra de divisas, se dejaron sentir a ambos lados del Atlático. Así, la cautela y las pérdidas fueron las grandes protagonistas de la semana. El Ibex 35 se dejó un 0,63% y no consiguió aguantar el nivel de los 11.000 puntos, despidiendo la semana en los 10.879 puntos. "La corrección iniciada en los 11.600 se mantiene vigente y para que se anule la hipótesis alcista sería preciso que las caídas profundizaran por debajo del soporte clave de los 10.700/10.800 puntos, por debajo del cual se abriría un contexto potencialmente bajista que podría llevar al selectivo español a la zona de los 10.000 puntos", advierte Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. "Para que se aleje el riesgo bajista a corto es preciso que el Ibex 35 consiga cerrar el hueco abierto a la baja a partir de los 11.150 puntos", añade el experto. Por valores, los dos grandes protagonistas de la semana han sido: Santander y Aena. El primero, por ser el más bajista con una caída acumulada del 4,32% y el segundo, por lo contrario, lideró los avances con una subida semanal del 2,66%.
Al margen de Pekín, el crecimiento de la zona euro también inyectó nerviosismo. Los datos mostraron que el crecimiento en el bloque de la moneda única se desaceleró ligeramente en el segundo trimestre hasta el 0,3%, por debajo de lo esperado por el mercado. Por países, Francia confirmó que es una de las economías más rezagadas. Su PIB del segundo trimestre decepcionó con un crecimiento económico plano frente una subida esperada del 0,2%. En Alemania, la subida fue del 1,6% frente 1,5% esperado en tasa interanual. Con este telón de fondo, toda Europa cerró la semana en negativo.
El EuroStoxx 50 fue el índice más castigado, al caer un 0,71%, seguido del Cac francés, que perdió un 0,61%. El siguiente en la lista fue el Mib italiano, con una caída del 0,46%, mientras que el Ftse londinense y el Dax germano se dejaron un 0,27%, respectivamente. Este último se convertía en el índice más bajista de la semana con un descenso del 4,40%. Tampoco la bolsa griega escapó de las pérdidas, cedió un 0,65% justo el día en que el Parlamento heleno aprobó por mayoría el tercer rescate.
En Asia, la fotografía semanal fue bien distinta. A pesar de ser el epicentro de las turbulencias, el Shanghai Composite se convirtió en el índice ganador de la semana con una revalorización del 4,26% en la semana. El yuan cerró el viernes en 0,156 dólares, o a la inversa, un dólar se cambiaba a 6,397 yuanes. Al otro lado del Atlántico, los datos macro no invitaron a las compras. La producción industrial creció un 0,6% en julio, el doble de lo esperado. Sin embargo, el índice de confianza del consumidor decepcionó, al bajar desde los 93,1 hasta los 92,9 puntos. Con todo ello, al cierre de esta edición Wall Street se mantenía en positivo. En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono americano a diez años subió, mínimamente hasta el 2,20%. El dinero entraba en cambio en la deuda periférica, menos expuesta a la economía china. La rentabilidad de la deuda griega a 10 años, comenzó la semana en el 11,76% y bajó sustancialmente al 9,54%.
Por último, en el mercado de materias primas continuó el desplome del petróleo. El West Texas y el Brent cedieron un 3% respectivamente en las últimas cinco sesiones. Este último registró su nivel más bajo desde marzo de 2009.