Era una gran incógnita, ¿qué pasará cuando la bolsa de Atenas vuelva a abrir sus puertas? La duda ya está resuelta y, teniendo en cuenta el resultado, lo que parece claro es que los inversores internacionales tenían muchas ganas de salir del país. Cinco semanas con su dinero atrapado era mucho tiempo. El índice ASE se desplomó un 16,23% al cierre de la sesión, y durante los primeros minutos de la jornada llegó a caer hasta un 22,88%. Un descenso histórico que es el mayor de toda la serie moderna que arranca en el año 1985, hace 30 años. Hoy, la bolsa de Grecia ha moderado sus caídas y ha cerrado con un retroceso del 1,22%.
Estos desplomes ponen contra las cuerdas al Gobierno griego, que ha visto cómo sus participadas cayeron este lunes con estrépito. En total, el Estado perdió este lunes 3.000 millones de euros, lo que supone un 27% de todo su patrimonio en la Bolsa de Atenas. Sus participaciones se centran en el sector bancario, que fue precisamente el más castigado. El desplome de las acciones de National Bank of Greece, Alpha Bank, Piraeus Bank y Eurobank Ergasias, junto con la caída de Public Power Corporation, explican el 90% de las pérdidas que sufrió este lunes el Estado.
Este descenso deja el precio de la cartera pública cotizada en 8.100 millones de euros, frente a los más de 11.000 millones que tenía hasta el cierre de la Bolsa de Atenas el pasado 26 de junio. El problema no es que Grecia esté en una situación más o menos holgada para ver cómo se deprecia su cartera, sino que tendrá que elaborar un fondo con activos públicos que sea un aval para el tercer rescate de las instituciones antes conocidas como troika.
El país tiene que poner como garantía títulos por valor de 50.000 millones de euros, según acordaron las autoridades en la Cumbre de los países del euro del día 12 de julio. No es un buen momento para que sus activos se deprecien en 3.000 millones de euros.
Pudo ser un desplome mayor
El desplome de la Bolsa de Atenas fue histórico, sí, pero pudo ser mayor. Para evitar un descenso superior entraron en juego las restricciones del país para parar caídas millonarias. En primer lugar, el regulador no permite un descenso de un título superior al 30%, lo que impidió a muchos bancos vivir una jornada peor. Diez títulos del país alcanzaron este lunes este tope y National Bank o Piraeus Bank llegaron a este techo en la apertura del mercado y su precio ya no se movió en todo el día.
Además, Atenas todavía tiene prohibidas las ventas en corto en el país. La ESMA, autoridad europea para los mercados financieros, confirmó este lunes que las operaciones bajistas seguirán prohibidas en el país durante cuatro semanas más, con la excepción de los creadores de mercado y otras entidades que dotan de liquidez al mercado.
Todo ello no impidió que la Bolsa de Atenas se desplomase más de un 16% y cayese hasta los 668 puntos, su nivel más bajo desde septiembre de 2012, mes en el que el Banco Central Europeo y la Reserva Federal anunciaron dos de sus programas más exitosos, el OMT y el QE3 respectivamente.
Quedan restricciones
La reapertura de la Bolsa de Atenas no fue total, ya que los inversores nacionales todavía tienen restricciones a sus operaciones derivadas de los controles de capital que todavía existen en el país, como confirmó el Ministerio de Finanzas durante el fin de semana. Para comprar acciones tienen que hacerlo con dinero nuevo y no con lo que tengan en sus cuentas. Esto es, tienen que abrir cuentas nuevas, o con dinero que venga del exterior del país y no pueden emplear su dinero de depósitos ya existentes, de modo que no retirarán dinero del sistema financiero. Por el contrario, los inversores internacionales no tienen ninguna restricción para operar en el mercado.
Además, durante los tres primeros días de negociación, la cotización de cualquier título se suspenderá de forma automática si sufre una caída o una subida del 7% en un plazo de 10 minutos, lo que rebaja la anterior restricción del 10% en cinco minutos. Otra decisión que se encamina a evitar movimientos de una volatilidad muy agresiva en el mercado.
En total, la Bolsa de Atenas permaneció cerrada durante cinco semanas consecutivas, el periodo más largo suspendida desde los años setenta. Durante los años treinta también estuvo cerrada la bolsa del país por la crisis económica mundial, pero en esa ocasión no abrió sus puertas durante 15 meses.