
Estados Unidos y Cuba han dado este miércoles el que quizá puede considerarse el paso más simbólico del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas en el que están embarcados ambos países desde hace meses: el anuncio de la reapertura de sus embajadas. La esperanzadora evolución del mismo, que comenzó con el encuentro entre Barack Obama y Raúl Castro el pasado 18 de diciembre en la Cumbre de las Américas, encaja a la perfección en las perspectivas de Meliá. El pasado 4 de junio, en el discurso que Gabriel Escarrer, presidente de la hotelera, dio durante la junta de accionistas, sus palabras parecían relamerse ante el nuevo escenario que se abre para el grupo: "Se cumplen 25 años de nuestra presencia en Cuba y estamos firmemente comprometidos con este país en la prometedora etapa que ya se vislumbra".
"Sin duda, los movimientos aperturistas en Cuba -donde tiene 27 hoteles y más de 10.000 habitaciones- beneficiarán a Meliá", afirmaba Sonia Ruiz De Garibay, de Beka Finance, tras una reunión del CEO de la compañía con analistas celebrada en Madrid en el mes de marzo, de la que la experta extrajo otras fortalezas: "La apreciación del dólar favorece a toda su división americana -supone un 52% de sus beneficio bruto de explotación (ebitda)-, al igual que la fortaleza de la libra británica y del franco suizo, que contribuyen positivamente a la división mediterránea -19% del ebitda-".
Si en Cuba el negocio de Meliá comienza a ver cómo se abren puertas y ventanas, en el Mediterráneo (sobre todo en España) esto ha sido una realidad gracias al repunte del turismo, a la caída del petróleo y a la inestabilización que en los últimos años ha propiciado la Primavera Árabe y el terrorismo en destinos alternativos en el Norte de África como Túnez, todavía más estigmatizado después de que el pasado sábado el Estado Islámico asesinara a 38 personas en dos hoteles del país. El único borrón del grupo en los últimos años hay que buscarlo en Venezuela, donde cuenta con un hotel de 666 habitaciones y un centro comercial que han reducido drásticamente su aportación al negocio del grupo por la crisis desatada en el país sudamericano. Paralelamente, Meliá ha apostado por la internacionalización de su negocio con la apertura de hoteles en Doha, París o Milán. Este mismo mes, la cadena anunció que el próximo año abrirá el Meliá Shanghai, su octavo hotel en China.
Este escenario tan positivo para el grupo hotelero se refleja en las estimaciones de sus resultados. La muestra de ello es que entre 2015 y 2017, en conjunto, el consenso de mercado que recoge FactSet prevé unas ganancias un 20% superiores a las estimadas a principio de año. En dicho periodo, los expertos consideran que el beneficio de la hotelera alcanzará 274 millones de euros, cuando hace apenas seis meses lo situaban en 230 millones. Otro aspecto que destaca es el crecimiento en beneficio año a año, ya que será de doble dígito. En 2015, las ganancias de Meliá serán de 71 millones según las previsiones (una cifra que más que duplica a lo obtenido el año pasado, 32 millones), mientras que en 2016 alcanzarán los 89 millones (un incremento del 26%). Para el año siguiente, el crecimiento alcanza el 29%, ya que se prevé que en 2017 las ganancias de Meliá superen la barrera de los 100 millones de euros, una cota que no alcanzaba desde 2007.
De la mano del crecimiento del beneficio llegará la reducción de la deuda. En este sentido, la previsión para 2015 es de 771 millones de euros (un 6,3% menos que lo estimado a principio de año). Mientras el descenso para 2016 y 2017, respecto a lo estimado el primero de enero, es del 10,8 y del 38,4%, respectivamente. Así, se prevé que la deuda de la hotelera termine el próximo año en 637 millones de euros y que en 2017 descienda hasta los 516 millones. Es en ese año, cuando su apalancamiento (ratio deuda/ebitda) se situará por debajo de las dos veces.
'Rally' alcista
Tal conjunción de cifras y fortalezas se ha traducido en un espectacular rally alcista en el parqué -ha multiplicado por tres el precio de sus acciones desde 2012- y en la recuperación allá por noviembre de 2014 de una recomendación de compra de parte del consenso de analistas que no la recibía desde hace cuatro años. Además, en estos momentos, los expertos valoran los títulos de Meliá, de media, en los 12,78 euros, hasta donde cuentan con un recorrido alcista de más del 7%.