
El ahorrador se concentra en depósitos, no diversifica, y el peso de este producto es excesivo en relación al PIB. En Europa, por el contrario, la mayoría de países no apuesta todo a un mismo vehículo de ahorro.
España es un país de depósitos, aunque pase desapercibido para cualquier persona ajena al mundo de la inversión. El 46,8% del ahorro de las familias españolas se encontraba en plazos fijos en 2013 frente al 33,2% que de media se dedica en Europa a este producto -como dato, en Estados Unidos sólo representan el 15%-.
El problema va más allá: España tiene una de las estructuras de ahorro más ineficientes de toda Europa, concentrada en un producto con coste fiscal y que remunera de media un 0,4%.Sólo los hogares de Austria dedican un porcentaje superior del total de su ahorro a depósitos que los españoles, aunque por poco. Allí representan un 47% sobre el total del ahorro financiero con datos de Inverco a cierre de 2013.
En realidad, Alemania es quien más dinero en plazos tiene, unos 2 billones. Una cifra que representa el 40,4% sobre el total del ahorro financiero, de 5,15 billones -es el tercer país de Europa, tras Austria y España, en el que los depósitos tienen mayor peso en la estructura de ahorro-. Sin embargo, las familias alemanas tienen a su vez otro 36,6% en fondos de pensiones y seguros. ¿España? Un 16,5%.
Cuando se trata de fondos de inversión, sin embargo, el panorama está más igualado: 16,4 por ciento de España frente a 19,4% que invierten de media los socios europeos.
Pero, ¿a qué se debe esta diferencia? Los expertos arguyen dos motivos. Uno está relacionado con un tema cultural y demográfico, según explica Raquel Blázquez, gestora de carteras de fondos de inversión y sicav de Ibercaja Gestión. Y el otro se encuentra en la bancarización del sistema financiero español. A diferencia de lo que sucede en otros países de la zona euro, las entidades españolas cuentan con potentes redes de distribución capaces de colocar el producto de turno. Primero fue el depósito, ante el cierre de los mercados mayoristas de financiación como vía para captar pasivo. Y ahora, muerto el depósito, el elegido es el fondo. "La propia estructura del mundo de la inversión hace que todavía exista mucho dinero en depósitos", explica Fernando Luque, editor senior de Morningstar. En concreto, más de 728.000 millones de euros según los últimos datos del Banco de España a cierre de abril.
Hablemos en términos de PIB
Que un producto suponga más o menos sobre el total del ahorro financiero aporta una idea del conocimiento que tienen los inversores de los mercados en España -todavía bastante pobre- y del grado de aversión o animadversión hacia ellos. Sin embargo, cuando se compara en términos de Producto Interior Bruto (PIB), es decir, cuánto supone el ahorro en depósitos, fondos o renta fija -por ejemplo- sobre la riqueza de un país, la conclusión es que España tiene una de las estructuras más ineficientes de toda Europa.
De manera que, con datos de 2013, los depósitos de los españoles representan un 82% del PIB, de 1,04 billones en aquel periodo. A pesar de que ahora la cantidad en imposiciones ha disminuido y de que la riqueza se ha incrementado -en 2014 alcanzó los 1,05 billones-, entonces había 864.700 millones de euros y el total del ahorro financiero en España se situaba en los 1,8 billones de euros.
Se trata de un porcentaje sólo superado por Portugal (94%), Bélgica (93%) y Reino Unido (84%). La diferencia está en que cualquiera de esos tres países amontona importantes sumas de dinero también en otros productos de ahorro. ¿Los países en los que su ahorro en depósitos es menor sobre el PIB? Finlandia, Suecia y Noruega.
Más allá del dinero que en España existe en depósitos, el siguiente producto que reúne más ahorro de las familias españolas en relación al PIB es el fondo, que representa un 29%. A pesar de que este vehículo cada vez gana más adeptos en nuestro país -como alternativa a las bajas rentabilidades del depósito-, su uso en España está a años luz del de algunos países europeos. En Bélgica, por ejemplo, además de la hegemonía que tiene el depósito, el fondo representa un 101% del PIB. En Italia, un 78% y en Suecia, un 75 por ciento.
Después están los fondos de pensiones y seguros. España está a la cola de Europa, con un 29% sobre el PIB, mientras que en otros países de la Unión Europea, como Holanda o Reino Unido, el porcentaje de ahorro sobre la riqueza de sus países se sitúa en el 212% y en el 168%, solventando así el problema de las pensiones.

El papel de los depósitos a largo plazo
Los intereses de los depósitos son aún menos elevados. Su rentabilidad media se sitúa ahora en el 0,4%, la más baja de toda su historia, y muchos empiezan a mentalizarse de que sus rendimientos nunca volverán a ser los que eran. Y puede que tengan razón. Es difícil que se repitan los ingredientes necesarios para que un plazo vuelva a ofrecer un interés del 4 ó 5% sin asumir nada de riesgo. Salvo que suban los tipos de interés. Es más, a largo plazo, los expertos consideran que su rentabilidad sí que puede repuntar. "El depósito puede volver a subir cuando los tipos se eleven", señalan desde Morningstar.
Ahora bien, la gran pregunta es cuándo se producirá la normalización de las políticas monetarias que han inundado de liquidez los mercados. Mientras que en Estados Unidos ya se vislumbra la que será la primera subida de tipos de interés, en Europa aún queda camino por delante para que esto ocurra. "No veo incrementos en las rentabilidades del depósito hasta 2017, porque no habrá cambios de política monetaria hasta finales de 2016", argumenta Raquel Blázquez, de Ibercaja Gestión.
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