
El clima de incertidumbre que se vive en los mercados por el estancamiento de la crisis griega ha hecho mella en la emisión de deuda celebrada hoy. El Tesoro Público ha captado un total de 4.020 millones de euros, en la parte media de la horquilla prevista, pero a costa de una fuerte subida de los intereses en las dos referencias a corto plazo vendidas.
Así, ha captado 684 millones de euros en letras con un vencimiento a 6 meses, por las que ha abonado una rentabilidad media del 0,126%. Esto supone poner fin a la racha de intereses negativos de las dos subastas previas, de forma que España no cobrará en esta ocasión por pedir dinero prestado. En las dos anteriores emisiones, celebradas el 12 de mayo y el 7 de abril, se habían adjudicado papeles a medio año con una rentabilidad media del -0,002% en ambos casos.
Además, ha captado otros 3.330 millones de euros en títulos a 12 meses, con un rendimiento medio del 0,248%, por encima del 0,015% ofrecido hace un mes.
La demanda de los inversores también se ha reducido hoy con respecto a la de ocasiones anteriores, aunque ha seguido siendo elevada. En concreto, el ratio de cobertura (veces que las peticiones de las entidades superan a los títulos adjudicados) fue de 4,23 veces para la referencia a 6 meses, desde las 5,3 veces de mayo, mientras que en el caso de las letras a 1 año fue de 1,36 veces, frente a las 1,76 anteriores.
En la subasta de hoy han tenido su impacto las tensiones que se están registrando en la renta fija, donde vuelven a subir las primas de riesgo de los países periféricos. El bono español a diez años cotiza con una rentabilidad del 2,47% y el riesgo país se eleva por encima de los 170 puntos básicos, su máximo desde mayo de 2014. Y es que tras meses de negociaciones, sigue sin haber avances definitivos para evitar el impago de Grecia. A solo dos días de que se celebre el encuentro del Eurogrupo en el que se debería sellar un acuerdo entre Atenas y sus socios europeos para desbloquear al menos parte de los 7.200 millones del rescate con los que evitar la quiebra, el Gobierno heleno ya ha manifestado su intención de no llevar ninguna nueva propuesta a esta reunión.