
El Gobierno griego ha presentado a las instituciones acreedoras una nueva propuesta, más específica, sobre la reestructuración de la deuda, según un documento filtrado por el diario Financial Times, que ha publicado el documento. Este plan, incluido en su propuesta global para un acuerdo de extensión del rescate remitido este lunes, prevé la reducción de la deuda, que actualmente alcanza casi el 180% del productor interior bruto (PIB), al 93% en 2020 y al 60% en 2030. Tsipras califica de "absurdas" las propuestas de los acreedores, aunque ve más cerca que nunca el acuerdo.
¿Cómo lo lograría? Pues en reestructurar, de una manera o de otra, la deuda que debe a las cuatro instituciones públicas que le han rescatado: el BCE (27.000 millones de euros en bonos), el FMI (20.000 millones), al resto de países de la Eurozona (53.000 millones en préstamos bilaterales) y al fondo de rescate europeo (144.000 millones).
BCE
En primer lugar, el documento propone que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) preste directamente esos 27.000 millones de euros a Grecia, que los utilizaría para cancelar los bonos que actualmente están en posesión del Banco Central Europeo (BCE).
Al pasar a deber al MEDE en lugar de al BCE, Grecia conseguiría un doble beneficio: por una parte, pagaría intereses más bajos que los previstos para los bonos en manos del Banco Central Europeo y por otra, el nuevo préstamo vencería más tarde.
De ser aceptada, esta propuesta tendría un efecto inmediato para el país, pues en julio y en agosto vencen bonos en manos del BCE por un valor total de 6.790 millones de euros, que Grecia no está en situación de devolver.
FMI y Europa
Para la devolución de la deuda griega al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Ejecutivo propone que se pague inmediatamente el 45% (9.000 millones de euros de un total de 19.960 millones de euros) utilizando los beneficios de los bonos helenos que están en manos del sistema monetario europeo, beneficios que provienen precisamente de los bonos que ostenta el BCE y de los que ya se acordó que se devolvieran a Grecia.
El Gobierno griego propone además la transformación de los préstamos bilaterales con sus socios europeos correspondientes al primer rescate en bonos perpetuos o bonos cuyo interés vaya ligado a la evolución del PIB heleno, aunque también se propone un interés anual del 2-2,5%.
De esta manera ampliaría todavía más los vencimientos de un primer rescate que ha sido reestructurado en múltiples ocasiones, y, como explica el FT, en el fondo supone reconocer que Grecia nunca devolverá completamente estos fondos.
Quita de 72.000 millones
Por último, el documento propone asimismo una quita del 50% del préstamo contratado con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF, el antiguo fondo de rescate), por un valor de 144.000 millones de euros, y el alza del tipo de interés del 2,5% al 5%.
El beneficio para Grecia sería la reducción nominal de su deuda, mientras el coste para los acreedores sería mínimo gracias a la multiplicación por dos del tipo de interés para los 72.000 millones de euros que el país heleno devolvería tras el vencimiento del préstamo. De hecho, Grecia seguiría pagando anualmente la misma cantidad.
De este modo, con este nuevo plan, Grecia ganaría un tiempo precioso, ya que tiene que pagar al BCE entre julio y agosto 6.700 millones de euros, y pagaría prácticamente todo lo que debe al FMI (9.700 millones) este año. A pesar de la "creatividad" y "ambición" del plan, como reconoce el diario británico, parece poco probable que los socios de la Eurozona acepten un plan que reconoce que Grecia no va a pagar su deuda.