
La estrategia de Apple para financiarse en los mercados se está convirtiendo en un manual de actuación para cualquier empresa. Desde que se adentrara en el mundo de las emisiones de deuda hace poco más de dos años, ha acudido siete veces al mercado y ha levantado más de 50.000 millones de dólares.
Ayer se filtraron los datos de su última emisión: ha colocado 250.000 millones de yenes (1.800 millones de euros) en bonos con un cupón flotante sobre el swap de la divisa, esto es, sin pagar un diferencial sobre el tipo de interés del yen. Una emisión con la que la compañía ha pretendido aprovechar los tipos de interés tan bajos que ofrece el mercado nipón: el bono a 10 años del país cotiza con una rentabilidad del 0,4%, por debajo incluso del título alemán, que cotiza en el entorno del 0,8%.
La decisión de financiarse en yenes también ha permitido a la compañía captar un perfil de inversor diferente, el japonés, que se caracteriza por unas tasas elevadas de ahorro privado y que demanda renta fija segura. Apple tiene uno de los mejores rating que asignan las agencias a las compañías, lo que refleja un sólido perfil financiero. En resumen, la compañía fue capaz de detectar la demanda existente en el mercado, los bajos tipos de interés que ofrece la divisa y se lanzó a una emisión en la que sólo podía conseguir buenos resultados. Una nueva muestra de la flexibilidad que muestra la compañía para aprovechar las ventanas de liquidez que ofrece el mercado y de su capacidad para atraer inversores y levantar grandes cantidades de liquidez.
Apple ya ha repetido esta estrategia en Europa. La primera emisión fuera del dólar la realizó en euros en noviembre. Consiguió captar 2.800 millones en un momento en el que el Banco Central Europeo estaba inmerso en la aprobación de nuevos estímulos monetarios. La emisión fue un éxito, con un cupón del 1% para el tramo a 8 años, y animó a la compañía a seguir con esta estrategia.
Su siguiente emisión fue en francos suizos en febrero, justo después de que el Banco Nacional Suizo reconociese que no podía mantener el techo de su divisa contra el euro. Después de eliminar su paridad, la entidad decidió aplicar tipos negativos a los depósitos en el banco central para desincentivar la inversión extranjera y así evitar una apreciación excesiva de su divisa. Esta decisión provocó una caída vertical de los tipos de interés del mercado de francos suizos, hecho que aprovechó Apple para financiarse a 15 años con un cupón del 0,75%.
Dividendo y recompra
Apple tiene una caja estimada en más de 177.000 millones de euros entre liquidez y activos que se pueden vender con rapidez, ¿para qué quiere seguir emitiendo deuda? La primera respuesta parece lógica: cualquier inversión que requiera una financiación a unos tipos de interés tan bajos, parece rentable.
Fuentes de la compañía filtraron al diario Wall Street Journal que la compañía quiere financiar proyectos de crecimiento en Japón. Pero Apple destina la mayor parte de esta liquidez a remunerar a sus accionistas, ya sea con la recompra de acciones o con el pago de dividendos, desde que en 2013 cambiara su estrategia de retribución.